A veces podemos sentirnos destrozados, desanimados, sin motivación, pensar con claridad se nos hace difícil, la creatividad brilla por su ausencia y seguir avanzando a través de estas realidades puede ser física y mentalmente agotador.

Continuando con la temática del encuentro anterior, cuando estemos vivenciando una situación como la que acabo de ilustrar, estamos conectados con nuestro modo de supervivencia y las áreas de nuestro cerebro encargadas de nuestros sentidos y pensamiento están desconectadas.

Conocer el funcionamiento de nuestro cerebro, nos ayuda comprender actitudes y comportamientos que antes percibíamos en nosotros mismos o en los demás, pero desconocíamos el por qué de las mismas, y comprender es la mejor forma de aliviar. Esto nos ayuda a tomar las riendas de nuestra vida y buscar la forma de salir de ese estado que genera malestar y agotamiento físico y emocional.

Algunas de las mejores prácticas para la intervención temprana es ayudar a las personas a permanecer en el aquí y en el ahora. La concepción que nos refiere el “aquí y el ahora” como una unidad de plenitud tiene su origen en la psicología humanista, de la terapia Gestalt. En esta sección se ha abordado con anterioridad el tema.

Otra práctica que se ha comprobado que funciona son las Artes Expresivas, debido a que pueden ayudar a integrar todas las áreas de nuestro cerebro, al interactuar el área de la supervivencia a través de los sentidos, a la vez que involucran las áreas de los sentimientos y el pensamiento.

Puede que al principio cueste trabajo romper el hielo, tras experiencias de tensión y estrés sostenidas, las personas pueden sentirse incapaces de responder a su situación. Puede resultarles difícil ver las posibilidades o creerse incapaces de cambiar, pero es a través del compromiso con el proceso cuando ceden el control y recuperan el sentido de su propia capacidad de acción.

Lo primero que debemos identificar es el recurso con que conectamos, que nos hace salir de nuestro modo de supervivencia y luego se sugiere la repetición del mismo. Se ha comprobado que la repetición nos ayuda a aprender algo nuevo.

Cuando aprendemos algo nuevo, creamos una vía neuronal en nuestro cerebro y esto debe fortalecerse al repasar ese mismo conocimiento una y otra vez. Para cambiar cualquier red neuronal en el cerebro, necesitamos proporcionar una entrada repetitiva y modelada para llegar a redes neuronales mal organizadas involucradas en la respuesta al estrés. El Dr. Bruce Perry psiquiatra y neurocientífico, afirma que cualquier red neuronal que se active de forma repetitiva, cambiará y de esta forma se instauran los hábitos.

Es por ello que vuelvo a insistir en la necesidad de buscar el recurso con que más nos identifiquemos, que nos genere bienestar, que puede ser aprender artes manuales, practicar yoga, realizar algún deporte o manifestación artística, cualquier tipo de actividad que implique poner a trabajar todos los sentidos. Siempre actividades que ayuden a nuestra salud física y mental.

Einstein decía “El sufrimiento surge cuando no somos capaces de crear. Sufrimos cuando no hay espacio para jugar con lo que es posible, cuando nuestro rango de juego es demasiado restringido para imaginar lo nuevo. La imaginación es más importante que el conocimiento, pero no se contrapone al conocimiento”. La imaginación es la posibilidad en nuestra situación que puede llevarnos a nuevas interpretaciones, nuevas formas de actuar y de traer libertad a una situación restrictiva.