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#PensarEnDiverso: el silencio del hogar

Pensar en diverso

 …   entre paredes escribo mi silencio: mis últimas lágrimas, hay voces ocultas, tal vez puertas…

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El mes de noviembre desgarra historias y se asienta en los imaginarios sociales para avivar la existencia de mujeres con diferentes nombres, razas y posición social. Ellas habitan en los recuerdos, en el día a día y en el futuro. Pueden nombrarse Patria, Minerva y María Teresa, las hermanas Mirabal, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en la Republica Dominicana, acontecimiento que sirvió de estandarte al movimiento feminista latinoamericano para declarar esa fecha como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.

La jornada de reivindicación fue asumida por la Asamblea de Naciones Unidas en 1999, convocando a los gobiernos, organizaciones internacionales y no gubernamentales a realizar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres. Desde que se desato la pandemia de COVID-19, los nuevos datos informan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas y el principal escenario ha sido el hogar. Pensar en Diverso indaga sobre la violencia de género en el contexto de la COVID-19.

La socialización de los patrones de género tradicionales implica sufrimiento para ambos sexos y sin dudas, se asocia a sucesos violentos en los que también el hombre puede ser víctima; pero el poder que desde lo real y simbólico le ofrece la cultura patriarcal al hombre, ha generado que las mujeres sean las más afectadas por la violencia de género y, además, naturaliza las relaciones de poder existentes entre hombres y mujeres. El accionar violento del hombre desvaloriza lo femenino y tiene grandes consecuencias sociales, sicológicas y en la salud, donde el único factor de riesgo es el hecho de ser mujer. Desde una perspectiva de género, se comprende que el hombre acude a la violencia cuando siente peligrar su poder, por tanto, la violencia refuerza ese control y en la víctima la convicción de su situación victimal.

La violencia contra las mujeres y las niñas, también es una pandemia silenciosa que crece en la sombra. Las medidas de confinamiento para detener la propagación del virus han generado tensiones en las familias y la sobrecarga femenina. Los hogares son espacios donde en silencio, las mujeres son violentadas, ahí todo sucede: el cuidado, la educación de las niñas y niños, adolescentes, la socialización y el trabajo productivo.

Muchas mujeres ahora están atrapadas en los hogares con sus abusadores y pueden enfrentar obstáculos adicionales para escapar de situaciones violentas, debido a factores como la restricción de circulación, el aislamiento social, el impacto económico de la pandemia puede generar barreras adicionales para decidir romper con una relación violenta. Pensar en diverso continuará indagando sobre los ciclos de violencia y los mitos que legitiman esta práctica para abrir puertas a la empatía. La mujer violentada necesita ayuda y espacios de compresión social de su situacion.  

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