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Aprender el idioma en sólo unos meses: del slogan a la realidad

Lingua Franca

Por Yanela González Pérez.

Uno de los mitos más generalizados sobre la enseñanza aprendizaje de lenguas extranjeras es la falsa creencia en que es posible aprender el idioma rápido. Al decir rápido, no estamos hablando de un par de años, sino de un par de meses como tiempo máximo. Sí, en ese momento algunos lectores estarán sorprendidos, incluso insultados, otros desafortunadamente afirmarán con vehemencia que sí se puede.

En mi experiencia, años atrás, como profesora de idiomas en una academia privada, me encontraba todo tipo de estudiantes. Pero los que más abundaban eran los “urgentes”. Así comencé a llamar a todos los que querían no, necesitaban estar hablando inglés en 2 meses, 3 a lo sumo. Sin embargo, las dotes de genio de lámpara de la profe no le alcanzaban para conceder tamaños deseos.

Es preciso señalar que tampoco ayudan a desmitificar el fenómeno, los “profesores magos” que lanzan slogans para sus cursos de nivel básico y de otros niveles que prometen: “Aprenda inglés en 3 meses”, “Hable el idioma en 6 meses a la perfección”. Esto solo ayuda a alimentar la leyenda urbana de que aprender a hablar la lengua extranjera es cuestión de días, semanas, y se logra con un pase mágico.

Es entendible que en aras de ganar clientes se usen estrategias de varios tipos, mas no debe comprometerse la ética al prometer la adquisición de tantos conocimientos en tan poco tiempo, sabiendo que será incapaz de lograr tal hazaña.

Y es que en este tema olvidamos un elemento básico y fundamental. Aprender un idioma es volver a hablar por primera vez, pronunciar sonidos, aprender las palabras con su significado, balbucear oraciones hasta lograr colocar las palabras en el orden correcto, conocer las frases del habla popular y saber cuándo usarlas. Si nos tomó años usar correctamente nuestra lengua materna, nos tomará tiempo alcanzar esos niveles en un idioma extranjero.

¿Qué usted quiere en pocos meses hacerse de herramientas básicas que le permitan solucionar mediante una comunicación básica su situación X? Es posible, aunque no en su totalidad, ni con la calidad que podría lograrlo con más tiempo. Recuerde también que todo está en dependencia de un conjunto de variables que analizamos a continuación:

  1. Nivel de base o conocimientos previos en el idioma:

El hecho que el estudiante tenga experiencia en el idioma, por pequeña que esta sea, es un factor a favor o en contra de este en caso de no tenerla. Un alumno con saberes de la lengua no podrá ser comparado con otro que comienza a familiarizarse con el idioma, en una etapa inicial del proceso de enseñanza aprendizaje. La famosa frase ¨empezar desde cero¨ aplica aquí para aquellos que por primera vez entran en contacto con el idioma. Mas no debemos tener a este factor como una determinante una vez vencidos los primeros niveles.

  1. Aptitud para aprenderlo:

Cada individuo tiene en sí o no una habilidad innata que facilita la adquisición de las lenguas extranjeras. Esta disposición natural la vemos con frecuencia como un factor casi determinante en el alcance de un cierto nivel. Está de hecho, incluida como uno de los tipos de inteligencia según la Teoría de las Inteligencias Múltiples, defendida por muchos sicólogos, e introducida concretamente a inicios de los 80 por Howard Gardner. Sin embargo, a falta de aptitudes, la tenacidad y el esfuerzo igualmente han demostrado resultados.

  1. Eficacia del método de enseñanza:

Cuando hablamos de método no nos referimos meramente a los libros de texto usados en este proceso, ni solamente a la metodología empleada por el profesor o alumno (en caso de enseñanza autodidacta). Aunque no dejamos de señalar que el más efectivo nivel internacional sea el Enfoque Comunicativo, como metodología para su enseñanza, introducido desde los años 80. Aquí nos referimos al conjunto de ambos que definen por qué camino se va a conducir el aprendizaje.

  1. Medio en que se aprende:

El espacio donde se aprende es también un elemento que suma o resta al proceso. Lo ideal para el aprendizaje, pues favorece la metodología comunicativa, es la inmersión (el estudiante en el lugar donde se habla la lengua). El alumno, en un contexto anglófono en este caso, aprende el idioma con mayor rapidez. De manera natural, al verse forzado por la situación a emplear solo la lengua extranjera, no la materna, activa los mecanismos precisos y avanza a mayor ritmo. Como nos enseña el método comunicativo, el idioma se aprende con éxito al tener que comunicar su significado real, es decir, al verse envuelto en situaciones reales se usarán las estrategias naturales y permitirá que el estudiante aprenda a usar el idioma. Por supuesto, lo ideal no es lo real en muchos casos. Por tanto, ante la imposibilidad de estudiar en un marco anglófono, usted debe aplicar técnicas que lo pongan en contacto constante con la lengua, sabiendo que tiene entonces un elemento a vencer, pues le tomará más tiempo.

  1. La memoria como herramienta básica:

Es natural que usemos nuestra memoria a corto y largo plazo como útil fundamental para aprender, en este caso todas las estructuras que forman a la lengua. Si usted recuerda con facilidad, si “tiene buena memoria”, tiene un paso de avance garantizado. Aquí también es válido saber qué tipo de memoria usted ha desarrollado más. Si es un alumno visual, auditivo, o kinestésico, así sabrá con qué estrategia podrá recordar fácilmente el contenido.

Creemos válido hacer una aclaración sobre la edad del estudiante en este punto. Muchos tendrían a este como otro factor influyente, y de hecho lo es, mas no determinante. La memoria se ve afectada en menor o mayor medida por los años de vida, las capacidades de aprendizaje y adaptación a lo nuevo, ya no son las mismas, pero esto no es una regla irrompible. En lo personal, he tenido alumnos jóvenes con lento avance en el idioma y adulos mayores con habilidades increíbles y una ventaja admirable en el aprendizaje. Por tanto, una vez más, no permita que una idea generalizada frene sus expectativas.

  1. El esfuerzo individual:

Este es uno de los elementos cruciales sin dudas. El deseo personal de aprender manifestado en trabajo es único. Por tanto, los resultados serán entonces según lo que cada individuo sea capaz de lograr.

  1. El tiempo dedicado:

Desde cuánto tiempo le dedique a diario, hasta por cuánto tiempo lleva haciéndolo son elementos a tomar en cuenta. Recuerde que la práctica constante hace la diferencia.

Dicho esto, cada uno de estos factores le añade o quita a su enseñanza aprendizaje. Después de que considere todo, queremos sugerirle unos “nunca” que puede poner en práctica también.

Primero: Nunca crea completamente los resultados que alguien le plantea sobre una experiencia de aprender idiomas a la velocidad de la luz, aunque le parezca, no debe ser cierto.

Segundo: Nunca compare su aprendizaje con el de otro. Cada persona avanza a un ritmo diferente.

Tercero: Nunca olvide que la mayoría de las variables discutidas, de las que depende su desarrollo en la lengua, son controladas por usted. En sus manos está entonces, en gran medida, acelerar o ralentizar su propio aprendizaje.

Así entonces, quizás no en 3 o 6 meses logrará dominar una lengua, pero sí marchar a un paso apropiado teniendo en cuenta todo lo que le sugerimos. Acérquese al idioma y hágalo suyo.

Epg. Luis Ernesto Ruiz Martínez
Lic. en Educación, especialidad Matemática-Computación. Especialista en Docencia en Psicopedagogía. Metodólogo de la Dirección de Comunicación Institucional.

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