Por Alicia Serrano Coya.
Damos la bienvenida una vez más a la sección “Psicología para la vida” en esta oportunidad abordaremos un tema muy comentado, que cada día está ganando mayor aceptación y popularidad en todo el mundo, el Mindfulness o Plena Conciencia. Es una herramienta avalada científicamente que permite la focalización de la atención en el momento presente, es un método para conseguir la atención plena, centrándonos en lo que está sucediendo “aquí y ahora”, en lo que sucede en nosotros y a nuestro alrededor, renunciando al ruido y las distracciones.
La dinámica de la vida cotidiana tiene un ritmo muy frenético, vamos a mil revoluciones por hora y nuestro cerebro no para de procesar información. No les sucede que constantemente pensamos en el pasado o fantaseamos con un futuro que nunca llega, sin apreciar casi nunca el momento presente. Nuestras preocupaciones muchas veces se centran en acontecimientos del pasado o futuro, nos montamos unas películas en nuestra mente que en muchas ocasiones superan la ficción, generando sentimientos de malestar, ansiedad y se ha comprobado científicamente que el 90% de nuestras preocupaciones nunca llegan a ocurrir.
Dalai Lama sobre esta situación expresó: “Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente vivir”; y no estoy hablando de evitar o rehuir de los problemas, al contrario. muchas de nuestras preocupaciones se originan por nuestro intento de librarnos de ellos, y la realidad es que acabamos descubriendo que esto no hace más que multiplicar nuestras incomodidades. La buena noticia es que con la práctica de la plena conciencia, al ayudarnos a permanecer con nuestra experiencia momento a momento, nos ofrece una solución sorprendente al manejo de nuestros problemas y puede ponerse en práctica de varias formas para que se adapte a nuestro estilo de vida.
Para poder alcanzar el mindfulness existen diferentes técnicas que nos pueden ayudar: hacer yoga, practicar meditación, la respiración consciente, el escaneo corporal, etc. El objetivo del mindfulness es lograr un profundo estado de conciencia durante la sesión y se usan varias técnicas concretas para alcanzarlo. Idealmente, el mindfulness debería practicarse durante media hora al día, aunque se recomienda comenzar con sesiones más cortas, de no más de diez minutos, para ir aclimatando la mente a las nuevas sensaciones. Si nos propasamos con el tiempo al principio, es fácil que terminemos frustrados al dedicar mucho rato seguido a algo que aún no sabemos hacer bien, y terminemos cansándonos y abandonando esta rutina. Hay que ser perseverante, no abandonar si no notamos cambios al principio e intentar no avanzar demasiado rápido, tener paciencia.
Diversas investigaciones científicas están comprobando que al incluir el mindfulness en nuestra rutina diaria conseguimos muchos beneficios para nuestra salud física y mental. Es muy positivo para el autocontrol en los niños, para el desarrollo de la resiliencia y de los recursos de afrontamiento, para la mejora en niveles objetivos de salud, entre ellos es fundamental para reducir el estrés y la ansiedad, para mejorar los niveles de concentración y nuestra memoria, para descartar los tan incapacitantes pensamientos intrusivos y hasta para la mejora del dolor. Es un tema interesante que merece la pena dedicarle una segunda sección, es por ello que los espero dentro de 15 días para continuar conociendo un poco más la poderosa herramienta del mindfulness.
