El año 2021 marcó un antes y un después en la formación de profesionales por la llegada de la COVID-19. La Universidad de Holguín como parte del sistema de educación superior cubana, diseñó sus estrategias para llevar a puerto seguro la culminación de estudios de sus educandos.
La compleja situación epidemiológica en todo el territorio nacional hizo que se impulsara el proceso de formación hacia un estadío superior, transformando rutinas y fomentando la docencia hacia la virtualidad. El nuevo escenario mostró resultados con un fuerte matiz desde lo cualitativo, que apuntan hacia una universidad diferente.
Al respecto, el Dr. C. Roberto Pérez Almaguer, vicerrector de la institución comenta que este período demostró la necesidad de docentes diferentes para consolidarla. Es decir, no podemos seguir queriendo cambiar al docente, hay que cambiar la propia universidad transformando la gestión de sus procesos. La combinación de la modalidad A Distancia y la semipresencialidad, permitió reconocer nuevas posturas que nos alejaron de patrones tradicionales, para abrir el espacio a la evaluación desde los sentimientos. Esa evaluación que nos lleva a pensar en el otro, en sus emociones, en sus afectos, en lo que influye en cada estudiante.
En el curso 2021 se enfrentaron cambios que obligaron a cambiar la manera de dirigir la formación, impulsando transformaciones en las formas de enseñanza, con el uso de la tecnología como un recurso, no solo como soporte, sino más que eso, es un recurso educativo para repensar la educación, para sostener los cambios que ha dejado la COVID-19. Los recursos tecnológicos fueron esenciales para promover los cambios, implicando a todos los sujetos del proceso educativo.
La nueva realidad convocó a la búsqueda de variantes, a una mayor imbricación entre escuela y estudiantes. Lo académico se combinó con tareas de impacto, en vínculo con el objeto de la profesión, desde la gestión de la formación, pero allí en sus comunidades, en sus zonas de residencia. Por ello la universidad se creció. La pandemia más que golpearnos, nos extendió, nos hizo grandes, apunta Pérez Almaguer.
La preparación para la culminación de estudios se planificó cuidadosamente, ajustándose a las exigencias de la situación actual. Se crearon condiciones básicas como brindar prioridad al año terminal en las modelaciones desde el inicio del curso. La presencialidad en el mes de marzo favoreció la orientación de las asignaturas del período y su posterior seguimiento a través de la modalidad A Distancia. Se concretaron ajustes en cada una de las carreras, amparados en la Resolución 49/2020, lo cual favoreció el cierre del componente curricular para enfrentar este proceso, según las diferentes variantes.
El reconocimiento a la entrega y el recorrido académico y científico de algunos estudiantes fue premiado con la categoría de eximido. A los estudiantes pendientes del requisito de idioma inglés se les brindó atención individualizada mediante concentrados dirigidos por el Centro de Idiomas.
Nuestra Casa de Altos Estudios graduará 1771 estudiantes, de ellos 1738 de educación superior y 33 de educación superior de ciclo corto en las especialidades de Profesor de Química y Español Literatura para Secundaria Básica.
El próximo curso escolar plantea varios retos para la Universidad de Holguín, señaló el directivo. El principal, radica en mantener los logros alcanzados en materia de formación, para lo cual se requiere, fortalecer el trabajo de las carreras sobre la base de la experiencia de combinación de la presencialidad con la modalidad A Distancia, en lo que se ha venido llamando Modelo Híbrido de Formación, mantener el trabajo priorizado con el nuevo ingreso, para lograr indicadores de permanencia ante las amenazas aun latentes de la COVID-19 y consolidar las transformaciones logradas en las posturas y maneras de ver nuestro proceso, traducido a un modo de actuación renovado, tanto en estudiantes como en los docentes.
