Hoy es un día especial. Niños y jóvenes de toda Cuba celebran su cumpleaños, en una jornada donde destacan diferentes iniciativas, con el propósito de recordar la historia de dos organizaciones, la OPJM y la UJC, que representan y cuidan los intereses de esta edad en particular.
La Organización de Pioneros José Martí (OPJM), cuyos antecedentes se remontan a 1931, en plena República, se vio precedida por Liga de Pioneros de Cuba (LPC), y fue el 4 de abril de 1961, cuando se funda la Unión de Pioneros Rebeldes (UPR), luego se convierte en la Unión de Pioneros de Cuba (UPC) y no es hasta 1977, en el tercer Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, que se determina convertirla en Organización de Pioneros José Martí, que como se publica en la página web de la emisora nacional Radio Rebelde, se extiende desde los primeros grados, hasta los niños y niñas de secundaria básica, produciéndose grandes cambios en su estructura y funcionamiento.
Mientras tanto, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) se funda un año después, el 4 de abril de 1962, una organización que permite la preparación cultural, política e ideológica de los jóvenes, como pinos nuevos que portan el legado de las conquistas de la Revolución.
Precisamente, cada año, son muchos los pioneros y jóvenes que se suman, teniendo en cuenta la frescura y la creatividad que ambas proponen, en especial la UJC, que ha trazado desde sus máximas autoridades, la necesidad de encontrar la motivación de sus miembros a través de conexiones necesarias, acampadas, eventos científicos, excursiones, intercambios; actividades que rescatan el espontáneo interés de integrar sus filas de forma voluntaria, por convicciones personales y compromiso con la obra que edificamos.
Aún recuerdo aquella mañana del 14 de junio de 2006, cuando en un matutino especial, se nos entregó a los jóvenes de mi secundaria básica Fernando de Dios Buñuel, del poblado de Tacajó, el carnet de la UJC. Fue un momento único, muy esperado, porque representaba un reconocimiento a nuestros logros diarios, no solo por la buena asistencia a clases o buen comportamiento, sino por nuestras cualidades, nuestro potencial, nuestras ganas de transformar lo cotidiano, de defender nuestra cultura.
Doce años después continúo perteneciendo a la Unión de Jóvenes Comunistas y pienso en cuánto ha contribuido sus enseñanzas, sus líderes y sus momentos de protagonismo en la joven que soy hoy. Muchos son los retos que quedan, pero debemos tener confianza en la vitalidad y el interés de preservar sus conquistas. Muy pocos proyectos en el mundo tienen sus objetivos y propósitos y hay que tenerlo en cuenta.
Muchas felicidades a todos los pioneros y jóvenes, especialmente a los holguineros, en el aniversario 473 de la fundación de El Hato de San Isidoro de Holguín, este 4 de abril.
