Por Roger Florentino Obregón Tejeda
Facultad de Ciencias Económicas y Administración
Estamos a solo un año de celebrar el centenario de su natalicio, de uno de los más brillantes economistas que ha tenido la Revolución cubana, conocido por su destacada actividad en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y por su activa participación en la estrategia económica inicial del proceso revolucionario, donde se desempeñara como el primer Ministro de Economía en 1959.
Estamos haciendo referencia a Regino Boti León, que el pasado 26 de abril se cumplió un aniversario de su natalicio. Nacido en Guantánamo e hijo del ilustre y reconocido poeta Regino Boti Barreiro.
A pesar de ser graduado con brillantes resultados como Doctor en Derecho Civil en la Universidad de La Habana, nunca ejerció esa especialidad. De inmediato realizó en la Universidad de Harvard una maestría en Economía, ciencia a la que dedicó toda su vida.
En la prestigiosa universidad estadounidense contó con un claustro de profesores de lujo, entre ellos quien algunos años después, fuera Premio Nobel de Economía 1977, Wassily Leontief y de Joseph Schumpeter, autor de una reconocida y enciclopédica obra sobre los ciclos económicos.
Se inició como economista en la CEPAL, entre los años 1948 y 1956 radicando en Chile y Brasil. Como fundador de esa organización se unió a un importante grupo de investigadores latinoamericanos, encabezados por el economista argentino Raúl Prebisch, uno de los máximos exponentes del estructuralismo por sus propuestas para el mundo subdesarrollado, enfoque latinoamericanista que tuvo en Boti uno de sus pilares.
En 1956 regresó a Cuba y se incorporó a la Universidad de Oriente, donde fundó la primera Escuela Superior de Economía en Cuba, allí trasmitió a sus estudiantes una sólida formación teórica, adecuado manejo de los principios de la contabilidad, y particularmente el estudio de la historia económica y los problemas de la acumulación del capital y el subdesarrollo.
Durante su estancia en la Universidad de Oriente, realizó una visita a Fidel Castro en México, para expresarle su solidaridad, cumpliendo la encomienda del Líder de la Revolución cubana, de elaborar la Tesis Económica del M-26-7.
Por su enfrentamiento a la dictadura batistiana es perseguido, emigra a Chile, donde su Casa de Altos Estudios lo hace miembro honorario de Facultad de Ciencias Económicas.
Con el triunfo de la Revolución es inicialmente nombrado jefe de investigaciones del Banco Nacional de Cuba y poco después es designado ministro encargado del Consejo Nacional de Economía.
El 15 de abril de 1959 parte Fidel rumbo a Estados Unidos al frente de la delegación cubana, lo acompaña junto a otros, Regino Boti. Presidió la delegación de la ínsula caribeña a la III Conferencia de los 21 (Foro Económico de la OEA), escenificada en Bogotá, Colombia, en 1960.
En 1960 se creó la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN), de la cual Boti fue el primer Ministro-Presidente. Desempeñó esa responsabilidad hasta mediados de 1964.
Por su prestigio intelectual y reconocido liderazgo, Boti fue el vicepresidente de la Comisión Ejecutiva a cargo de la Reforma Universitaria realizada en 1962. Posteriormente asumió diversas responsabilidades en diferentes ramas de la economía. En 1995, fue electo miembro de la Sociedad Económica Amigos del País (SEAP).
En los últimos años de su vida fue vicepresidente de la Corporación CIMEX y, hasta su repentina muerte, asesor de la presidencia de esa entidad y de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), recibiendo en 1998 el Premio Nacional de Economía en su primera edición, siendo el primer economista galardonado con ese relevante reconocimiento.
Años después, la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), instituyó el Premio de Historia Económica “Regino Boti León”, del cual me enorgullezco haber sido nominado en 2018.
Fallece repentinamente el 9 de julio de 1999. Ese día, el entonces miembro del Buró Político y ministro de cultura, Abel Prieto, subrayó que: “Con Regino Boti, Cuba pierde un hombre brillante y honesto, muy querido por cuantos le conocieron”.
Hasta el último aliento, Regino Boti fue consecuente con la Revolución cubana, poniendo al servicio de ella sus conocimientos e integralidad que poseía como profesor e intelectual comprometido.
Hoy, en medio de tan complejas circunstancias, podemos decir que todo su pensamiento económico posee plena pertinencia, actualidad y una gran trascendencia, no solo para nosotros los cubanos, sino además para nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños.
