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¿Cómo puedo gestionar la ansiedad?

Psicología para tu vida

Por Alicia Serrano

Bienvenidos una vez más a la sección Psicología para la Vida, en esta oportunidad continuamos abordando el tema que dimos inicio en el encuentro anterior: la ansiedad. Dar visibilidad a temas que conciernen a la salud mental permiten que la población se familiarice con realidades que son comunes, que todos podemos sufrir y que, afortunadamente, pueden superarse con una intervención adecuada

 ¡Últimamente tengo mucha ansiedad, hay algo que va muy mal! ¡Hay épocas en que la vida se me viene encima y todo parece escapar de mi control! Taquicardias, insomnio, pensamientos rumiantes… ¿Cuándo debemos empezar a preocuparnos?

Bien, el simple hecho de que nos planteemos esta pregunta es un buen indicador. Son muchas las personas que conviven con estas condiciones sin actuar, sin solicitar ayuda, normalizando estados altamente patológicos.

Dar visibilidad a temas que conciernen a la salud mental permiten que la población se familiarice con realidades que son comunes

Para comprender mejor este tema me gustaría compartir con ustedes una historia que circula en las plataformas digitales, que nos ilustra de manera magistral el manejo de la ansiedad y las preocupaciones:

Un maestro impartía una charla sobre cómo manejar la ansiedad. Cuando levantó un vaso con agua todos pensaron que iba a preguntar si el vaso estaba medio lleno o medio vacío, sin embargo, el preguntó con una sonrisa: ¿Cuánto pesa este vaso con agua?

Las respuestas variaron entre 100 gramos y 500 gramos. Él contestó: El peso absoluto no tiene realmente ninguna importancia, depende simplemente de cuánto tiempo sostengo el vaso. Si lo sostengo durante un minuto no hay ningún problema. Si lo sostengo durante una hora me va a doler un poco un brazo. Si lo sostengo durante un día entero, entonces mi brazo se quedará entumecido y paralizado. En cada uno de esos casos, el peso del vaso no varía, pero cuanto más tiempo lo sostengamos, más pesado lo sentiremos.

El continúa: Las preocupaciones y la ansiedad son como este vaso de agua. Si pensamos en lo que nos preocupa un rato, no pasa nada, si pensamos en eso un poco más, comenzará a hacernos daño. Si pensamos en eso todos los días, nos sentiremos paralizados, incapaces de hacer nada. Es importante tener en cuenta que caer en eso es lo que genera ansiedad, así que, tan pronto como puedas, suelta toda esa carga. No continúes esa espiral de pensamientos ni te los lleves a casa o a la cama. ¡Recuerda soltar el vaso de agua!

La mente nunca se detiene y en algunos casos es caótica, pero es necesario que entiendas que todo lo que rumia es catastrófico y poco útil. Te sugiero que escribas todos los pensamientos negativos que te llegan a la mente que te producen ansiedad y malestar.

Analízalos. ¿Son racionales? ¿Ocurrirán de verdad? ¿Te son de ayuda esos pensamientos?

Teniendo en cuenta lo anterior, si quieres mantenerte en equilibrio y evitar que la ansiedad empeore es necesario llevar una vida saludable, con una rutina clara. Haz actividades, que estimulen tu cuerpo y tu mente. Práctica el Mindfulness (en esta sección puedes encontrar información sobre el tema). Piensa en una lista de actividades para hacer cada día y jerarquiza según prioridad. Guarda tiempo para realizar actividades que te ayuden a distraerte y relajarte. Reúnete con amigos, ve a un bosque, o a la playa. Respeta los horarios de sueño y descanso. También las técnicas de relajación pueden ser de gran ayuda al gestionar la ansiedad. Y, sobre todo, si sientes que no puedes controlar tu ansiedad, busca la ayuda de un profesional para que te apoye en este proceso. Sin duda, te sentirás mejor.

Yusmel Pérez Figueredo
Graduado de Historia del arte por la Universidad de Oriente (2002). Profesor de Historia del arte y Arte cubano de la Universidad de Holguín. Especialista de la Dirección de Comunicación Institucional.

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