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El fascinante mundo de la Neuropsicología

Psicología para tu vida

Por Alicia Serrano Coya.

Bienvenidos a la sección Psicología para tu vida. En esta ocasión continuaremos abordando el tema de la neuropsicología, específicamente tendremos un acercamiento al Sistema Nervioso Autónomo, que controla las acciones involuntarias en nuestro organismo.

Hoy en día disponemos y asistimos a extraordinarios avances en la investigación cerebral. Sin embargo, debemos reconocer que este tema sigue siendo un enigma para la humanidad.

El sistema nervioso controla las muchas y complicadas funciones interconectadas del cuerpo y la mente. Las funciones motora, cognitiva, sensorial y autónoma están todas coordinadas y dirigidas por el cerebro. Se divide en dos grandes partes: el sistema nervioso central, y el sistema nervioso periférico.

En esta oportunidad nos centraremos en una parte muy específica del sistema nervioso periférico: el Sistema Nervioso Autónomo, quien es el encargado de controlar todo aquello que nuestro cuerpo hace y a lo que no solemos prestar atención. Por ejemplo, no somos conscientes del proceso digestivo, sin embargo, hay una parte de nuestro sistema encargado de regularlo, lo mismo sucede con la tensión muscular involuntaria, la respiración, etc. Esta organización de nervios y neuronas está dividida en dos partes fundamentales:

  • Sistema Nervioso Simpático (SNS): encargado de regular las respuestas corporales de activación. Cuando el cerebro manda una señal de alerta por una situación de estrés, el sistema nervioso simpático envía un mensaje a los músculos y glándulas de nuestro organismo para que pongan nuestro cuerpo en modo de Alerta.
  • Sistema Nervioso Parasimpático (SNP): responsable de volver al estado de equilibrio y conservación después de la activación del sistema simpático. Este sistema es el responsable de volver a nuestro estado natural a todos los órganos activados anteriormente. Para ello, envía señales al cerebro para que éste libere acetilcolina y llegue a las neuronas encargadas de relajar los músculos y órganos.

Ambos son distintas caras de la misma moneda, se encargan de mantener nuestro cuerpo en equilibrio u homeostasis ante los distintos estímulos externos. Sin embargo, la principal diferencia reside en sus funciones: mientras que el SNS se encarga de activar las funciones de alerta cuando un estímulo nos produce estrés, agitación o percibimos peligro, el SNP es el que dirige nuestro cuerpo a un estado de tranquilidad y conservación.

En la sección anterior profundizamos sobre los efectos nocivos que tiene inducir el organismo a un estado permanente de alerta. Es necesario comprender como funcionamos a nivel individual, conectar con nuestro interior, con nuestra conciencia, identificar como me siento cuando las emociones llegan a mi cuerpo, conocer los factores que nos ponen en modo de alerta, hacer un diagnóstico de cómo nos tratamos. Nuestra calidad de vida, dependerá en gran medida de como regulamos nuestro comportamiento, de la actitud con que gestionamos los desafíos inherentes a la vida cotidiana, de la capacidad que tengamos de desconectar de ese modo alerta y conectar con el sistema parasimpático. Cuando somos capaces de comprender todos estos temas iniciamos una transformación personal que favorece significativamente nuestra salud física y psicológica, ya que comprender es aliviar.

Epg. Luis Ernesto Ruiz Martínez
Lic. en Educación, especialidad Matemática-Computación. Especialista en Docencia en Psicopedagogía. Metodólogo de la Dirección de Comunicación Institucional.

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