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La edad como elemento favorable o desfavorable en el aprendizaje de lenguas extranjeras

Lingua Franca

Por Yanela González Pérez.

Cuando pensamos en todos los elementos que influyen en el desarrollo del aprendizaje de las lenguas extranjeras, generalmente nos concentramos en factores externos y personales que desempeñan esa función. Los segundos, son los que nos pertenecen como individuos, que en su mayoría podemos modificar o controlar en favor de la adquisición del idioma, y que son diferentes e irrepetibles para cada persona.

Dentro de ellos podemos enunciar la actitud, la aptitud, el estilo de aprendizaje, la motivación, la identidad, el nivel de socialización del alumno, y la edad. Esta última, suele convertirse para muchos en una barrera para aprender, pues creen que si no comenzaron desde niños o adolescentes, es muy tarde. En la opinión de esta autora, sería más bien una barrera imaginaria, pues si bien es cierto que la exposición temprana al idioma y su estudio temprano favorecen el resultado final, no son estos impedimentos reales. La edad a la que estudiamos sí influye, pero no determina el nivel que podemos alcanzar, pues el éxito no se debe a factores biológicos solamente.  

Sin embargo, se impone un análisis desprejuiciado de este tema antes de formarnos una opinión propia, o lo que sería peor, apropiarnos de una ajena. Es importante saber que todos comenzamos como lingüistas naturales, pues siendo bebés podemos escuchar las 600 consonantes y las 200 vocales que componen las lenguas del mundo. Existen incluso teorías de que los bebés recién nacidos lloran con acento, imitando el habla que escucharon mientras estaban en el útero.

Mientras crecemos nuestro cerebro se especializa y sintoniza con los sonidos y los idiomas que escuchamos con mayor frecuencia. En este caso, el término especializar también implica que eliminamos habilidades que no necesitamos. Por tanto, los primeros años son cruciales para adquirir nuestra lengua materna, pero no para las lenguas extranjeras. Aunque también debemos recordar que con la edad, el cerebro se vuelve menos adaptable y se resiste a los cambios, mas esta no es una regla absoluta.

Ahora, analicemos algunas teorías diversas sobre la edad y el aprendizaje de idiomas según diferentes autores. Para algunos lingüistas, el inicio temprano del estudio de la segunda lengua, favorece su adquisición, pues a una edad temprana se logra mayor rapidez y menos esfuerzo en el aprendizaje. Por tanto, la niñez es lo ideal y específicamente el inicio antes de la pubertad es determinante, tal es el caso de LightBown&Spada (2006). Estas teorías tienen que ver con algunas presentadas décadas atrás, como la hipótesis del “período crítico” de E. Lenneberg (1967), donde se exponía que tras la pubertad era imposible dominar la segunda lengua. En la década siguiente, 1970, surge la “teoría biológica”, planteando que las funciones lingüísticas se localizan en el hemisferio izquierdo y, en la infancia ambos hemisferios participan en dichas funciones. Quizás por esto algunos autores refieren que es mejor exponer a los niños a ambas lenguas desde el nacimiento.

En otros casos, se plantea que un inicio temprano favorece los resultados, pero puede interferir con el desarrollo de la primera lengua. Por esto, es mejor comenzar cuando el niño ha adquirido cierto dominio de la lengua materna, alrededor de los 3 años. Quizás también esto está asociado al hecho de que es importante que el niño sepa hacer asociaciones entre objetos y términos al aprender la lengua extranjera. Y en este caso, autores como Harley (1987), plantean que, aunque repercute positivamente, este inicio temprano no significa que avale ventajas.

Para otros comenzar con mayor edad es lo correcto, pues rechazan la existencia de un “período biológico crítico” para aprender la lengua. Aquí nos encontramos estudios como los de Birdsong (1999) que expone como en la etapa adulta se posee mayor madurez cognitiva y una amplia experiencia del mundo. Cierto es que solo dominamos completamente la gramática de nuestra lengua materna cerca de los 30 años según estudios, y que los hablantes nativos aprenden una palabra nueva casi diariamente hasta la mediana edad.

En general, se ha concluido que las diferentes etapas de la vida traen ventajas y desventajas en este tema. Se ha revelado que:

  • Los adultos avanzan más rápido que los niños al inicio del aprendizaje de L2¹.
  • Los niños más grandes (mayores de 8 años) progresan más rápido que los menores.
  • A largo plazo, los niños menores alcanzan un nivel superior a los niños más grandes y los adultos.

Como se debe imaginar, la enseñanza en cada etapa etaria debe ser diferente. En el caso de los adultos, sucede algo que no pasa con niños y adolescentes. Los adultos tienen actitudes que forman parte de su psicología y que pueden ser aspectos favorables o desfavorables según el grado y la proyección de las mismas. ¿Cuáles son?

  1. Resistencia: tiende a oponer resistencia a la novedad.
  2. Interés: asiste a clases por voluntad propia, pero supone que su nivel de exigencia es mayor y abandona si no ve claro su fin o si cree que su esfuerzo no lo acerca a su meta.
  3. Curiosidad limitada: su inteligencia no está en fase de expansión como en adolescentes y niños, por tanto, exige conocer la conexión entre la tarea que realiza y su objetivo.
  4. Impaciencia: tiene un fuerte sentido de economía del tiempo y el esfuerzo.
  5. Responsabilidad: se resiste a ser pasivo en su formación.
  6. Emotividad: siente miedo del ridículo y de la frustración.
  7. Motivación: se siente más motivado si su avance satisface sus necesidades.

Dicho esto, las formas y resultados de aprendizaje en las diferentes edades son muy diversas. ¿Cuáles son estas diferencias?

En los niños:

  • Aprenden más rápido y mejor la fonética y la fonología. Logran hablar como nativos.
  • Aprenden palabras al inicio del aprendizaje, luego frases cortas, hasta oraciones más complejas.
  • Son buenos al aprender el vocabulario concreto.
  • Logran un nivel de fluidez mayor a largo plazo.
  • No logran resultados mediante el aprendizaje explícito o la enseñanza directa (en el aula con el profesor), pues no tienen control cognitivo y tampoco tienen las capacidades necesarias para ello como la atención y la memoria.

En los adultos:

  • Aprenden más rápido el vocabulario abstracto y la sintaxis compleja.
  • Presentan períodos de atención más largos por lo que alcanzan mayor vocabulario de forma general.
  • Logran emitir oraciones más complejas desde un inicio pues tienen una necesidad de comunicación y esperan poder comunicarse desde el principio.
  • Comprenden mejor las reglas generales de la lengua.

A inicios del año 2020, un estudio del MIT (Massachusets Institute of Technology)², arrojó que si usted tiene como objetivo tener conocimientos a nivel de un nativo en el idioma, debe comenzar a aprender la lengua extranjera antes de los 10 años. Plantea igualmente, que los niños hasta los 18 años tienen una habilidad increíble para aprender la gramática. Además, que no existe una “edad crítica” en este asunto, sino una meseta sobre los 20 años, pero no para todo el mundo, y que los estudiantes adultos pueden llegar a ser profesionales del idioma.

Después de todo este análisis, creemos válido concluir que la cuestión de la enseñanza de L2 no tiene tanto que ver con cuándo, sino cómo y en qué contexto, para lograr un aprendizaje positivo. No hay dudas de que los idiomas se mejoran con el tiempo, por tanto, el tiempo de estudio acumulado es crucial, y la madurez del individuo acompañando este desarrollo del nivel de lengua también lo es.

Una propuesta varias veces repetida en esta sección se nos reitera entonces: nuestro desarrollo de nivel de lengua extranjera depende en gran medida de nosotros mismos.

1. L2: Segunda lengua o lengua extranjera.

2.  Instituto de Tecnología de Massachusets, por sus siglas en inglés.

Epg. Luis Ernesto Ruiz Martínez
Lic. en Educación, especialidad Matemática-Computación. Especialista en Docencia en Psicopedagogía. Metodólogo de la Dirección de Comunicación Institucional.

One thought on “La edad como elemento favorable o desfavorable en el aprendizaje de lenguas extranjeras

  1. creo q en vez de d”llamar la asignatura “Ingles” en las escuelas deberian dar “otra lengua”, no entiendo porque hay q estudiar ingles obligatoriamente, al q no le guste el ingles y le guste el aleman, aprendera aleman y no ingles.

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