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¡SOS: depredación científica!

Con la circulación en internet de contenidos de carácter científico han aparecido, de forma colateral, inescrupulosos que lucran con la producción intelectual de otros. Uno de estos casos son las revistas depredadoras, aquellas que solicitan a los autores sus trabajos, con el fin de cobrar ciertos honorarios sin proporcionarles servicios editoriales, avales o procedimientos de calidad, porque su objetivo es lucrar, no la promoción o preservación del conocimiento.

En nuestro país, el riesgo de ser víctimas de estas inescrupulosas prácticas no es menor al de otras latitudes, contingencia que puede incrementarse en los momentos actuales en los que el empleo de internet y otros recursos virtuales son tan necesarios.

Aunque no son muchos los investigadores de la Universidad de Holguín que han sido afectados por intentos de este tipo de depredación intelectual, sí es un fenómeno que está presente y puede llegar a dañar la credibilidad individual y de la institución. Por ello, es necesario informar al respecto, así como de las formas en las que operan.

Para conocer acerca de estas revistas depredadoras, Minelis Tamayo Megret,  editora general de la revista Luz, motivada por la creciente acción de esta práctica fraudulenta, accedió a conversar sobre el tema.    

¿Puedes referir aspectos poco conocidos que afecten el proceso de edición nuestras revistas?

En el caso de la revista Luz, como le sucede a todas las revistas del país, a la hora de publicar a nuestros autores tenemos ciertas limitaciones, porque  tenemos que cumplir con determinados estándares. Uno de esos requisitos es que más del 75% de las publicaciones nuestras deben ser externas, o sea, deben ser de autores de fuera de la universidad. No obstante, ayudamos a todos nuestros autores que desean publicar indicándoles otras revistas con la que tenemos convenios, del país e incluso extranjeras.

Un asunto que nos está preocupando bastante desde que la revista Luz ingresó en bases de datos de calidad, y es bueno que la comunidad científica lo conozca, también llegó desafortunadamente a la mira de revistas conocidas como depredadoras. Nuestros autores tienen que familiarizarse un poco más con este término, porque son revistas que aparentan ser de impacto y no lo son, o sea, tienen una interfaz falsa.

¿Es significativo el número de autores de la Universidad de Holguín contactados por estas revistas falsas?

No tenemos la cifra exacta de docentes que ha recibido invitaciones desde revistas de este tipo, en primer lugar, porque al no tener conocimiento el docente de que es una revista falsa o depredadora, no lo denuncia, pero sí podemos asegurar, teniendo en cuenta los que se han acercado a preguntar porque han notado algún comportamiento sospechoso en las invitaciones que les llegan, que el número debe ser superior al 25 % de docentes de la universidad que tienen publicaciones. En el caso de los autores de la revista Luz, el 100 % de los que han publicado después del 2011, han recibido al menos un correo de revistas depredadoras.

¿Cómo se acercan estas revistas depredadoras a nuestros investigadores?

Por ejemplo, en las últimas semanas autores que han publicado en Luz han recibido correos de revistas aparentemente de Estados Unidos, pero que no lo son, y le piden publicar sus trabajos aparecidos en Luz y además los invitan a ser parte de su consejo editorial, como una vía de seducirlos, con el objetivo posterior de lucrar. O sea, una vez que el autor ha enviado su artículo los editores de esas revistas, o los supuestos editores, les piden una contribución monetaria a los autores para publicar su trabajo.

Puede ser que el autor abra la página y vea que ellos digan que están en tales bases de datos, pero cuando se entra a la base de datos no se va a encontrar su referencia. Nuestra comunidad científica necesita crecer en el conocimiento de este tipo de situaciones, para evitar después que su trabajo sea publicado en un lugar que no es confiable y de cierta forma, pierde crédito en la comunidad científica internacional.

¿Cómo proceder en estos casos?

Se puede denunciar, ahora, es difícil porque estas revistas, por ejemplo, constantemente van cambiando su email. Después que ya han logrado una cantidad determinada de usuarios, cambian el email, el diseño de la revista y luego vuelven a hacer el mismo envío para lograr engañar a otros autores.

¿Conciencia ediciones tiene alguna política o procedimiento para prevenir la actuación de las revistas depredadoras?

En realidad, no existe una manera de prevenir el acecho de las revistas depredadoras, ellas siempre buscan la manera de actuar y llegar a sus posibles víctimas, lo que sí podemos hacer es prevenir a los autores sobre el comportamiento de estas revistas y cómo reconocerlas. Es un tema que siempre tocamos en las conferencias y talleres sobre publicaciones digitales que ofrecemos desde la editorial en diferentes espacios, aunque el número de docentes que participan en estos espacios es aún insuficiente, por tanto, existe mucho desconocimiento sobre este tema.

Siempre le decimos a nuestros autores que vienen con esta inquietud -y vienen contentos claro está- lo mismo: la política de la revista para que los artículos se publiquen en su plataforma, nunca incluye una petición personal al correo de ningún autor. Ninguna revista seria utiliza este procedimiento. Lo otro es que, si el autor quiere comprobar si realmente una revista está autorizada, lo que tiene que hacer es entrar a las bases de datos que tienen en su página principal, y buscar la revista. Ahí se va a dar cuenta si efectivamente es o no una revista autorizada.

Yusmel Pérez Figueredo
Graduado de Historia del arte por la Universidad de Oriente (2002). Profesor de Historia del arte y Arte cubano de la Universidad de Holguín. Especialista de la Dirección de Comunicación Institucional.

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