En la sección anterior tratamos la temática de la intolerancia a la incertidumbre como uno de los elementos condicionantes de los estados subjetivos de malestar en el contexto actual, así como algunas herramientas útiles para su manejo. Hoy continuaremos la temática, comentando acerca de los recursos con los que contamos las personas para hacer frente a estas situaciones.

Estos recursos suelen ser asideros o fortalezas que poseemos, como resultado de nuestras historias de vida, los contextos en los que nos hemos desarrollado o educado, desde los más cercanos como nuestras familias, las escuelas, amistades, hasta los menos tangibles como la sociedad en la que crecemos y vivimos. Según Marcel Antonorsi Blanco (2013) estos son algunos:

• Valores: Los valores son guías de conducta correcta. Los valores mantienen a las personas centradas, encarriladas, firmes ante los vaivenes de las circunstancias. Nuestra escala de valores indica lo que «vale» y lo que no, y facilita las decisiones y la acción. En momentos como estos la responsabilidad, la solidaridad, pueden ser valores que nos salven y ayuden a otras personas. Ten valores “valiosos” y el valor para actuar con su guía.
• Modelos mentales: Los modelos mentales o paradigmas son conjuntos de supuestos que se dan por verdaderos y que pautan la manera de ver «la realidad». Son útiles y necesarios para pensar y actuar, pero pueden convertirse en una prisión que impide ver las cosas de otras maneras. Muchos se reflejan en el lenguaje: «todo me sale mal», «algunas veces, algunas cosas, no me salen bien», «me saldrá bien y, si no, será un aprendizaje». Cuidado: las profecías que nadie cuestiona crean las condiciones para cumplirse.
• Flexibilidad: Nadie puede asegurar que las cosas evolucionarán de una sola manera. Debes preparar un plan de acción de acuerdo con ciertos supuestos o escenarios. Ese es el plan A. Prepara otros planes para otras posibilidades: un plan B y C y D. Ten flexibilidad para adaptarte, para modificar, para reaccionar oportunamente ante circunstancias que nunca son estáticas y pueden ir cambiando, en diferentes direcciones.
• Capacidad de rebote: La resiliencia es, para decirlo en lenguaje coloquial, capacidad para rebotar. Y aquí aparece de nuevo la flexibilidad,
  vista como capacidad para reestructurar nuestros planes y adaptarnos a las circunstancias. Ser maleables, para poder rebotar, quizás hasta con un poco de terquedad, la que da el tener proyectos, valores, modelos mentales y lenguajes adecuados, planes B, C y D, resiliencia y compañías positivas.
• Buenas compañías: No te juntes con personas negativas. No hables siempre con las mismas personas que te complican y te desilusionan. La gente negativa pasa por ser muy aguda e inteligente, pero es como un «agujero negro» del universo: de ahí no sale nada. Huye de esa gente como de un enfermo contagioso: «de que se pega, se pega». Busca la compañía de personas buenas, positivas, nutritivas, creativas. Busca que se te peguen las actitudes positivas y creativas. Y, por supuesto, busca contribuir a mantener y mejorar el tono positivo.

Te invitamos a que reflexiones acerca de estos aspectos y valores los recursos con los que cuentas. Evalúa tus fortalezas y enfoca tu mirada en los aspectos que te permitan hacer frente de la mejor manera a la situación actual. Centrarte en los aspectos positivos que todos tenemos podría ayudarte a compensar aquellos que pueden ser debilidades. Él solo hecho de identificarlos será muy útil para un primer momento.

En la próxima sección hablaremos de la toma de decisiones y algunos criterios que podemos considerar para favorecer nuestra salud mental. Si quieres acercarte a estos aspectos, acompáñanos en #PsicologíaParaTuVida.

Adaptado de:

Antonorsi M. Herramientas para enfrentar la incertidumbre con serenidad y éxito. Debates IESA 2013. julio-septiembre Vol. XVIII( 3)