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El reto es formar profesionales del Derecho sensibles al problema ajeno

En saludo a la celebración del Día del Jurista en Cuba, la Dirección de Comunicación dialoga con Manuel Alberto Leyva Estupiñán, joven y destacado jurista en la provincia, quien es, además, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de nuestra casa de altos estudios.

Profesor Auxiliar de Derecho Penal, Juez Profesional Suplente no Permanente de la Sala Primera de lo Penal del Tribunal Provincial Popular, Vicepresidente Provincial de la Unión Nacional de Juristas de Cuba en Holguín y Delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular por la Circunscripción No 22 del reparto Piedra Blanca en el municipio Holguín, Manuel comparte experiencia y pasión por el desarrollo de las Ciencias Jurídicas en nuestra provincia y en el país, convencido del papel de estas para el bienestar y desarrollo de Cuba.

¿Podría mencionar algunos de los momentos más importantes de la carrera de Derecho en la provincia Holguín?

La carrera de Derecho en la provincia inicia en agosto del 2001, fundada por una persona imprescindible cuando se habla del Derecho y la superación de los juristas; la compañera Filadelfa Vidal Aguilar. Con ella y algunos destacados juristas nace el Departamento de Derecho en la antigua Facultad de Humanidades, en aquellos momentos en la sede Oscar Lucero Moya. A inicios del milenio se produce el proceso de universalización de la Educación Superior, con resultados y deficiencias como toda obra humana, pero que permitió que miles de estudiantes de toda la provincia alcanzaran su sueño de ser licenciados en Derecho. La universalización fue un reto gigantesco, pues los profesores debíamos movernos por toda la provincia durante meses incluso, evaluando a estudiantes. Hoy muchos de estos profesionales permanecen en los organismos jurídicos, incluso ocupando responsabilidades importantes. Como concepción, fue una idea genial del Comandante.

Otro momento significativo fue la creación, el 24 de febrero del 2009, de la Facultad de Derecho, que existió hasta el año 2015, cuando en el proceso de integración de las universidades holguineras, desaparece como facultad y vuelve a ser departamento, en este caso en la Facultad de Ciencias Sociales. El tercer hito histórico, por llamarlo de alguna manera, fue cuando en noviembre del año 2018 la carrera se presentó al proceso de evaluación externa, alcanzado la categoría de carrera Certificada, con excelentes resultados. Solo resaltar, por ejemplo, la realización de exámenes integradores elaborados por expertos de varias universidades del país y de 111 estudiantes examinados solo un estudiante desaprobó. Fue un indicador, sin lugar a dudas, de la calidad de este programa.

¿Cuáles son los principales resultados y retos de la Universidad de Holguín en la formación  de juristas?

El principal resultado son los miles de profesionales graduados en las modalidades de Curso Diurno, Curso por Encuentro y Educación a Distancia, que aportan a la sociedad con su accionar. Los que estando fuera del sector jurídico, e incluso fuera del país, son mejores seres humanos que antes de recibir su primera lección de Derecho y defienden su patria en cualquier escenario. Otro resultado importante es la superación y capacitación brindada a lo largo de estos años a cuadros del Estado y el Gobierno, a profesionales del Derecho de la provincia y territorios hermanos. Un logro importante que definió la mayoría de edad de la carrera fue la evaluación Externa, donde ya referíamos se había alcanzado la categoría de Certificada.

Sin embargo, existe para mi algo más valioso que las cifras que pueden contrastarse, y es la existencia de una unidad en la diversidad dentro del colectivo. Contamos con varias generaciones de docentes, como la profesora Filadelfa Vidal Aguilar, que a sus 84 años sigue siendo nuestro paradigma y varios profesores más, de una generación que ha aportado bastante durante décadas, otros que nos fuimos vinculando a la carrera y ya llevamos 15 o 20 años y una generación impetuosa, joven, que se ha integrado y donde, por ejemplo, tenemos a varias jóvenes como Tania García, recientemente seleccionada como Mejor Jurista Joven de la provincia. Un ambiente laboral favorable tal vez no sea medido en indicadores, pero sin él, ningún resultado es posible.

El mayor reto que tenemos es crecer en el plano científico: contar con una mayor cifra de doctores, incrementar la visibilidad de los profesores en el escenario nacional e incluso internacional, y para esto trabajamos. Siendo optimistas, aspiramos a crecer año tras año en estos criterios, para lo cual ya contamos con profesores cursando el doctorado en Ciencias Jurídicas, en Ciencias Filosóficas, en Ciencias Políticas, en Ciencias Pedagógicas y en Gestión Organizacional. Sin embargo, nunca debemos dejar en segundo plano la formación de nuestros extraordinarios estudiantes, que nunca dejan de sorprendernos. Ellos son mejores que nosotros, les ha tocado un tiempo diferente y complejo, y se enfrentan a sus retos sin perder la sonrisa.

¿Cómo caracterizas el vínculo de la Universidad de Holguín y la Unión de Juristas en la provincia?

Holguín es una provincia con un trabajo sólido en la UNJC, lo cual se percibe por el trabajo que se hace y que ha permitido mantener durante 18 años consecutivos la categoría de Provincia Más Destacada en la emulación nacional y varias sedes del acto nacional. Esta categoría se alcanzó en el año 2002, el segundo año del Departamento de Derecho en el territorio. La carrera ha ido creciendo con el paso de los años y ha contribuido al resultado de la organización de los juristas cubanos. Durante estos años la profesora Filadelfa ha sido un puntal en el trabajo de la Unión de Juristas. Primero el compañero Félix Jardínez y, desde hace algunos años, Yaliet Peña Rodríguez, como presidentes de la organización en la provincia, han contado siempre con la carrera.  En la actualidad existen excelentes relaciones y comunicación. También existe un sistema de puntuación donde, además del funcionamiento orgánico, la participación en eventos, publicaciones, premios, entre otros, son indicadores, donde el Departamento de Derecho de nuestra casa de altos estudios, tiene un peso significativo.

Tenemos el mismo objetivo de la superación de los juristas, por lo cual nos complementamos con naturalidad. Los recursos, medios y locales de la Casa Social son utilizados por la carrera como Unidad Docente y nuestras aulas han servido para defensas de tesis coordinadas por la UNJC. A nivel de provincia hay un excelente nivel de comunicación, visible ante cada actividad o evento, donde los representantes de los Bufetes Colectivos, el Tribunal, la Fiscalía, Justicia, la Unión y la Universidad participan como en una familia. Recuerdo las palabras de Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular, cuando en el marco de la visita gubernamental a la provincia  expresó que los organismos y la carrera de Derecho no teníamos vínculos, sino que éramos un todo de dos mitades. Esta visión es muy clara, los estudiantes que hoy están en las aulas, mañana serán trabajadores de los órganos jurídicos.

En la actualidad, las profesoras Filadelfa Vidal, Yanitza Zaldívar y Tania García presiden los Capítulos de las Sociedades Científicas de Ciencias Penales, Internacional y Derecho e Informática respectivamente. Las profesoras Ana María Infante e Irina Labrada son invitadas permanentes a las actividades de la Junta Provincial, como activistas para el trabajo con jóvenes y estudiantes y el trabajo con los capítulos. En mi caso, funjo como Vicepresidente de la junta Provincial. Otros docentes son vicepresidentes, vocales o secretarios en diferentes capítulos. Me atrevo a decir que es la mayor integración entre ambas entidades en la historia de la carrera.

Tenemos el reto de lograr que un mayor número de juristas obtengan categorías docentes y que la totalidad de los profesores del departamento ejerzan la profesión en alguna entidad. También debemos continuar trabajando en el diseño y sostenibilidad de maestrías o especialidades que satisfagan las necesidades de superación del territorio. Estamos insatisfechos, pues consideramos que podemos crecer más en los resultados de los concursos nacionales de las distintas sociedades científicas, en lo cual el Departamento de Derecho tiene un papel fundamental. Consideramos que el proceso de formación doctoral incidirá en mejores resultados científicos y en el postgrado, permitiendo mantener o superar los resultados actuales de la UNJC.

¿Qué papel le corresponde al profesional de las Ciencias Jurídicas en el contexto de la sociedad cubana actual?

Lo primero que tenemos que preguntarnos es ¿Qué profesional queremos   graduar? El Derecho en la historia y en el presente, a nivel mundial, es una carrera de élites. Salvo unas pocas becas en universidades públicas, un hijo de un campesino, un obrero o un albañil como yo, jamás podría estudiar Derecho. Por ejemplo, en varias universidades norteamericanas el costo de matrícula supera los 40 mil dólares por año.  La Revolución permitió, parafraseando al Ché, que las universidades se pintaran de mulato, de obrero y de campesino.

Entonces, necesitamos formar a profesionales del Derecho imbuidos del afán de hacer justicia, de no tolerar lo mal hecho, de defender a los trabajadores y sus derechos por encima de cualquier beneficio económico. Que en su actuar sean sensibles al problema ajeno, que sepan andar sin un centavo en el bolsillo, como lo hicieron Martí y Fidel, antes que aceptar prebendas o beneficios económicos que le laceren su moral y su dignidad. La moral para el jurista es como un cristal, una vez que se fractura, jamás vuelve a ser igual.

Necesitamos profesionales revolucionarios en su más amplio sentido, no solo en el plano ideológico, aunque lo incluye, pero que sean capaces de transformar y revolucionar el país en que han nacido para construir una mejor sociedad. Pero para hacerlo no bastan las buenas intenciones, se necesita estar preparados en el plano teórico, técnico. Que no sean meros repetidores de normas jurídicas, pues estas nunca podrán abarcar la riqueza y diversidad de la sociedad, porque además, cuando cambian las normas, necesariamente temporales, se quedan sin argumentos. El análisis, la valoración caso a caso, en cualquiera de las ramas o especialidades del Derecho, será lo que aspiramos que haga un graduado de la carrera de Derecho en Holguín.

Las transformaciones que ha emprendido el país descansan en normas jurídicas. Interpretar y aplicar estas, mirando el futuro, cuando aún nuestros pies están en el presente, es un gigantesco reto. La dirección del país nos ha convocado a participar en la elaboración de las leyes y demás normas jurídicas, es un compromiso muy grande, pero también un reconocimiento; es la primera vez, hasta donde sé, que profesionales del Derecho de Holguín, participaremos, en calidad de expertos, en la elaboración de las nuevas normas. Tres profesores de nuestro departamento participarán en la elaboración de normas jurídicas, en áreas donde han realizado durante años sus investigaciones. Es una respuesta a un deseo histórico de los juristas cubanos, de participar en la elaboración de las leyes.

MSc. Lisneth Rodríguez Hernández
Licenciada en Psicología. Máster en Ciencias Sociales y Axiología. Directora de Comunicación Institucional, de la Universidad de Holguín.

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