La sede Manuel Fajardo Rivero de la Universidad de Holguín, funcionó primero como centro de aislamiento para pacientes sospechosos, y desde el último rebrote de la enfermedad en hospital de campaña para la atención a pacientes pediátricos. Allí, trabajadores, profesores y estudiantes universitarios, junto al personal de salud, desarrollaron una tarea de mucha sensibilidad y humanismo.

Sobre la labor en este centro el Dr. C. Michel Pérez, decano de la Facultad de Cultura Física y Deportes, comenta que ¨esta ha sido la tarea fundamental que ha tenido la sociedad cubana porque se trata de salud del pueblo¨.

En el hospital de campaña el personal universitario realiza funciones de apoyo a los servicios médicos tales como mantener el sistema de alimentación, mensajería, la limpieza; tanto dentro de los cubículos, pasillos, como del baño. Muchas de estas labores implican un contacto directo con los pacientes, sin embargo, esto se realiza cumpliendo estrictas normas de bioseguridad.

¨Imagínese el riesgo que corre nuestro personal de apoyo que limpian dentro de los cubículos o le dan los alimentos en la mano a los pacientes; sin embargo, ninguno se ha enfermado. Cumpliendo todas las medidas no hay por qué enfermarse. Es una experiencia positiva que hemos tenido. Estudiantes y profesores han gozado de perfecta salud, se les realiza el test rápido, el PCR, según corresponda y hemos tenido buenos resultados¨, dijo el Decano.

Con respecto al sistema de trabajo explicó que ¨existe una planificación a nivel rectoral. A cada facultad se le asignan quince días con rotaciones semanales por grupos de trabajo. Como promedio funcionan cinco entre profesores y estudiantes en cada una. También hay un cambio del cuadro de dirección de la facultad que le corresponde, que generalmente es el decano. Es muestra de la importancia que le otorga la universidad a este trabajo¨.

También expresó que existe un chequeo constante por las máximas autoridades de la universidad. ¨Todas las semanas la rectora pasa y se actualiza, también gestiona recursos y procesos importantes como la transportación, el suministro de gas o de alimentos, igualmente pueden ser inquietudes de cualquier trabajador o asegurar que el personal de la Cruz Roja asista y cumpla sus labores¨.

El decano es consciente de que el trabajo del colectivo tiene aspectos que se pueden perfeccionar. ¨Algo que se puede mejorar es el control de la calidad de la limpieza que se ejecuta, aunque no ha sido un problema serio, hemos entrevistado a personal que se va de alta y dicen que se puede mejorar un poquito la limpieza, sobre todo de los baños. Sucede que nuestro personal sube, pero necesita un chequeo, y eso es algo en lo que vamos a seguir trabajando, aunque en honor a la verdad, podemos decir que el resultado ha sido positivo¨.

¨La participación de nuestros estudiantes ha sido esencial¨, expresó. ¨Podemos decir que, aproximadamente el cincuenta por ciento del personal que ha apoyado la labor de limpieza, de alimentación en nuestro hospital, han sido estudiantes del diurno de diferentes facultades. Hemos visto con mucho agrado que la incorporación de estudiantes del Curso Por Encuentro, que de manera voluntaria, ante el llamado de la sociedad se han incorporado a esta tarea. Eso ha sido algo muy bueno, porque vemos cómo ese grupo de estudiantes son acreedores de los valores que estamos formando en la universidad en Cuba, y en este caso, en nuestra Universidad de Holguín¨.

Antes de concluir expresa satisfacción por la labor realizada hasta el momento: ¨Hemos tratado de hacerlo con la mayor calidad posible y creo que, hasta cierto punto, lo hemos logrado. Esto se evidencia en la expresión de nuestros usuarios clientes que son los enfermos, los niños, los sospechosos y no hemos tenido críticas significativas a nivel de gobierno o de partido; es algo que avala la calidad con que se ha hecho el trabajo¨.

¨Tenemos que reconocer también al personal que mantiene la labor de higienización de las áreas exteriores, que se mantienen muy bien. Las muchachas de limpieza de los pasillos, los compañeros que lavan la ropa, a los que friegan, los cocineros, los que trasladan la comida que le traen los familiares… El trabajo ha funcionado como un reloj y para ellos todo nuestro respeto y nuestro reconocimiento¨. 

Para Michel, esta tarea ha tenido una gran significación personal. Acerca de esto comentó que ¨el reto llega hasta la familia. En un principio hubo que convencerlos de por qué tanto tiempo en el proceso, de por qué tanto tiempo en riesgo, pero la familia fue comprendiendo. En la dinámica del hogar permanecía en un cuarto tomando todas las medidas de aislamiento para disminuir toda probabilidad de un contagio y eso sin duda es una exigencia alta¨.

Nota: Esta entrevista fue realizada durante el reciente enfrentamiento a la COVID-19. Fue publicada una versión reducida en la edición de elBoletín del mes de septiembre. Ahora la publicamos de manera íntegra.