Pensar en diverso persigue palabras que sean brújulas en el afán de cavilar un mundo mejor. En las búsquedas los sentidos se afinan, la mirada se aclara y los sonidos tienen más fuerza, las manos palpan los esfuerzos: hallamos a las mujeres. A pesar de las barreras estructurales de género, refuerzan sus capacidades y protagonismo, tanto en sus vidas personales, como profesionales.

Empoderamiento es la palabra norte para muchas féminas que ansían una vida autónoma. El empoderamiento femenino en los contextos sociales es trascendental, porque incorpora una visión crítica sobre los estereotipos de género y posibilita impulsar una mayor participación de las mujeres en los escenarios de poder, con el objetivo de alcanzar una participación paritaria, porque las relaciones de género se han establecido como relaciones de poder, y ese poder ha estado en manos masculinas históricamente.  

El anhelo de construir la equidad debe estar conducido por estrategias que potencien el acceso a los recursos básicos; además del reconocimiento de las mujeres por sus aportaciones en cualquier ámbito de la existencia humana. La pandemia de la COVID_19 ha demostrado, una vez más, la capacidad de lucha de las mujeres. Con audacia y liderazgo han sabido comunicar, dirigir y tomar decisiones en esta compleja situación sanitaria. Las crisis develan realidades y esta, sin dudas, ha puesto en evidencia lo conveniente que sería para el mundo   aprovechar las potencialidades de todas y todos y apostar por la diversidad.

No hay espacios para limitarse, estos son momentos de cambios necesarios. A pesar del protagonismo femenino durante el enfrentamiento al coronavirus, siguen poco representadas  en los espacios de toma de decisiones para tratar esta crisis global. Los cargos directivos favorecen a los hombres y existen brechas salariales evidentes, la doble jornada de trabajo femenino prevalece, son las cuidadoras por excelencias en los hogares y hospitales, luego de intensas jornadas de trabajo.

El gran reto que traza la pandemia es favorecer el camino hacia generaciones inclusivas, donde el liderazgo de las féminas sea un resultado positivo de la crisis. Más que pensar en volver a la normalidad, hay que buscar la esperanza de construir entornos más solidarios y sensibles, y asumir la igualdad de género como parte de la solución a problemas contemporáneos, en términos de salud y derechos humanos.

Mujeres empoderadas pueden liderar el sueño de colectividades más resilientes y seguras. Pensar en diverso continuará indagando sobre el empoderamiento femenino para mostrar sus historias en tiempos de pandemia.

Cuando nos enfrentamos a la enfermedad y a la muerte comprendemos el valor de lo que amamos y de la vida, Las situaciones complejas no pueden ser solo el resorte para propiciar que aflore lo negativo; también son una posibilidad de ser mejores seres humanos, tantas lágrimas y dolores compartidos,  sirvan para ennoblecer el alma, pensar en los otros como parte de un todo que es la humanidad tan  necesitada de  amor y respeto. Para seguir reflexionando sobre este tema en la próxima sección comentaremos.