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Calidad, pertinencia e impacto social

La COVID-19 impuso un reto para la continuidad de los diferentes procesos universitarios. En este contexto, nuestra gente se ha crecido y se han adoptado múltiples alternativas para continuar avanzando en las metas planificadas. Tal es el caso de la estrategia de acreditación, instituida como parte de un sistema de gestión orientado a la calidad. Para conocer cómo se ha comportado este proceso tras la llegada de la pandemia, conversamos con la Dr. C. Elizabeth Caballero Velázquez, directora de Calidad.

“Hasta marzo de 2020, la evaluación externa ocurría de forma presencial, o sea, era un proceso in situ que tenía lugar en la universidad objeto de evaluación, ya fuera un programa de carrera, maestría, doctorado o especialidad de posgrado, con la presencia de expertos de otras instituciones y universidades del país, y con un miembro del Comité Técnico de la Junta de Acreditación Nacional (JAN) al frente”, explica.

Asimismo, puntualiza que el proceso de evaluación externa duraba una semana. En ese período, los evaluadores constataban las fortalezas y debilidades, plasmadas en el informe de autoevaluación y, al término de la semana, elaboraban un dictamen final. Posteriormente, en reunión con el Comité Técnico de la JAN, se otorgaba una categoría de acreditación.

Con la irrupción de la pandemia de COVID-19, la JAN modificó este proceder y determinó que la evaluación externa a los programas de posgrado se realizaría de forma virtual, mientras que las carreras lo harían de forma semipresencial. En este sentido, las tecnologías han sido fundamentales para la continuidad de este proceso universitario.

Sobre las proyecciones de acreditación durante el 2021, la Directora de Calidad revela que “la Universidad de Holguín pretende evaluar cinco programas: la maestría de Eficiencia Energética, de la Facultad de Ingeniería (FACING); la maestría de Ciencias Sociales y Axiología, de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSOC); las maestrías de Deporte de Combate y de Atención Físico Terapéutica, de la Facultad de Cultura Física y Deportes (FACFID); y la carrera Gestión Sociocultural para el Desarrollo, de la FACSOC”.

En el primer semestre de este año, ya se sometieron a la evaluación externa y están en espera de los resultados, la maestría de Ciencias Sociales y Axiología, y la de Deportes de Combate, de acuerdo con Caballero Velázquez, “ambas con magníficos resultados e indicadores de calidad elevadísimos”, razón por la cual fueron merecedoras de la Categoría de Excelencia, otorgada por la JAN.  Los otros programas proyectados tendrán lugar en el segundo semestre del año.

El otro reto para el que se prepara la Universidad de Holguín, y para lo cual se trabaja ya en la autoevaluación institucional y la mejora continua, es el proceso de reacreditación, con la máxima aspiración de alcanzar la categoría de Excelencia.

La Universidad de Holguín cuenta con 43 programas académicos certificados, de ellos, más del 45 por ciento con la categoría de Excelencia, y este indicador, como afirma la especialista en el tema, “avala la calidad, pertinencia e impacto social de nuestra Casa de Altos Estudios”.

Heidi Marlén Viguera Ferras
Periodista y docente de la Dirección de Comunicación Institucional de la Universidad de Holguín

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