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El periodismo es un permanente servicio social

La historia se encarga de poner las cosas en su lugar. Julius Fucik fue asesinado por los nazis el 8 de septiembre de 1943 y esa fecha, en su honor, se convertiría en el Día Internacional del Periodista, a la que Cuba se sumó como parte de la comunidad de países socialistas, donde se celebraba.

Es verdad que tenemos otra fecha para celebrar a lo cubano, pero ello no le resta valor a esta de septiembre. Sirva la ocasión para felicitar a todos los profesionales de la prensa del país, de la provincia y de manera muy especial, a los que ejercen la profesión, o se encargan de formar las nuevas generaciones en la Universidad de Holguín.

Muchas veces, para el reconocimiento sincero, se seleccionan periodistas de larga trayectoria o destacada labor para agasajarlos en nombre del resto del gremio. Lo merecen, no lo dudamos, pero esta vez preferimos centrar el homenaje en las nuevas generaciones.

Nos fuimos hasta la carrera de periodismo, conversamos con sus profesores y nos propusieron dos nombres, dos estudiantes que, en su corta vida profesional, se han ganado el respeto y el cariño de muchos. Aniel y Lilian cursan el tercer y cuarto año, respectivamente, pero tienen, a fuerza de trabajo y productividad, un espacio bien ganado dentro de la prensa holguinera.

A sus excelentes resultados académicos, suman otros más allá de la profesión, que los eleva a un anhelado estado de integralidad que necesitamos para todos nuestros jóvenes. Aniel es ya una reconocida voz en nuestra radio y Lilian de la Caridad, comienza a marcar un camino como joven escritora.

Cualquiera puede escribir en internet, pero no todos lo harán de manera objetiva, y esa es la distinción del periodismo, nos comenta Aniel. Elegir estudiar esta carrera es un feliz reto con el que crezco y ayudo a crecer socialmente. Gracias a las oportunidades laborales que ya he tenido, le debo al Periodismo conocer mucho de lo que ignoraba en temas políticos, culturales, jurídicos, económicos, y obtener las herramientas para explicarlos. Ante todo, el Periodismo es un servicio social.

Abro el chat con Lilian para descubrir su opinión sobre el tema: estudiar Periodismo para mí ha sido la posibilidad de ampliar significativamente mis horizontes culturales y de superarme a mí misma cada vez más, o por lo menos tener el deseo de hacerlo. Es haber comprendido el peso enorme de la comunicación en los procesos sociales, políticos, históricos de cualquier sociedad, mucho más en el contexto actual en el que la humanidad se mueve en una red comunicacional demasiado dinámica y cambiante, por lo que resulta indispensable pensar cada día en cómo comunicar mejor. Ser periodista es sentirme criticada, juzgada, malinterpretada, y a la vez útil y responsable de lo que puede pensar/hacer la gente, comprometida con lo que soy y debo hacer desde la ética, no desde lo que se espera que debe hacer un periodista.

Ser un profesional de la prensa hoy, en la era de la información, es un reto enorme que implica compromisos y voluntades para todos. Por ahí va la segunda pregunta que ven en las pantallas de sus dispositivos: ¿qué cualidades deberían tener los que se dediquen al periodismo en estas condiciones?

Un periodista, por encima de todo debe ser todoterreno, “hombre orquesta” y esa llevada-y-traída concepción de la multiplicidad de roles en un mismo profesional. Ahora es Lilian la que escribe en el chat y agrega: debe ser, ante todo, una persona informada, todo cuanto se pueda. No se trata de saber a profundidad sobre todo lo que pasa en el mundo, o ser capaz de analizarlo, sino de tener un nivel de actualización por encima de la media, para poder adecuar sus discursos y rutinas. Por supuesto, dominar las TICs, tener conocimientos básicos de cómo manejarlas en función de su profesión. Debe tener la capacidad de discernir y filtrar el cúmulo de información que se recibe a través de internet, de investigar una noticia y corroborarla. Yo no le pido a un periodista que viole sus principios o que traicione sus convicciones. Está bien que el periodista defienda la ideología o el sistema con el que se sienta identificado, lo que no puede es mentir o decir verdades a medias. A fin de cuentas, el periodista tiene un compromiso social y ético con la verdad, aunque sabemos las consecuencias que pueda traer la fidelidad a esa idea. Y a pesar de que las subjetividades siempre estarán presentes (el periodista es una persona), debemos intentar acercarnos a la verdad.

Aniel abre su chat y dispara: ante todo, distinguir lo que posee valor noticiable o cuestionable, por sobre tanta hojarasca. Saber de casi todos los temas, aunque sea un poco; si en mi caso le pido cada día a los oyentes: “estén informados”, el primero en hacerlo debo ser yo. Espíritu reflexivo y analítico, tiempo suficiente para el estudio de los fenómenos antes de emitir una opinión. Desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar del otro. La gente tiene el poder de decisión sobre nuestros medios y eligen leerte, oírte, verte, si se identifican contigo, con tus puntos de vista, pero también si le das oportunidad del diálogo o el debate.

Ahora que las redes sociales parecieran ser el escenario ideal para el intercambio con los que nos leen: ¿qué cosas nunca harían en ellas?

Lilian nunca atacaría a cualquier persona que ofenda, denigre o critique mi trabajo o a mi persona (y viceversa), porque no esté de acuerdo con lo que pienso o lo que soy. Tampoco alentaría debates o discusiones a no ser por fines meramente profesionales, como verificar los estados de opinión sobre un tema o algo parecido.

Por su parte, Aniel dice que en las redes hay que mantener una actitud ética, lo mismo que en otro contexto; eso implica tanto a lo que comparto como en los debates en los que participo. No irrespetar criterios. Si llegara a equivocarme (¡errare humanun est!), rectificaría. Algo más que apuntar: en las carreras de Periodismo debería tomarse más en serio el uso de las redes sociales y su influencia en los públicos. El periodismo hipermedia no es exclusivo de una página web tradicional.

Para los que no siempre reconocen el valor de los jóvenes, van estas líneas, desde la academia holguinera. Sirvan, además, para rendir homenaje a todos los profesionales del sector en el Día Internacional del Periodista.

Cuando tengan la oportunidad de felicitar a Lilian y Aniel, recuerden que en ellos resumimos el ejemplo que muchos otros dan a diario. Podrían ser muchos más los protagonistas de este trabajo porque, desde mucho antes de graduarse, demuestran su profesionalidad.

Casi se nos olvida. No le digan que fuimos nosotros, pero cuando feliciten a Lilian de la Caridad, lo hacen doble porque hoy está de cumpleaños.

Epg. Luis Ernesto Ruiz Martínez
Lic. en Educación, especialidad Matemática-Computación. Especialista en Docencia en Psicopedagogía. Metodólogo de la Dirección de Comunicación Institucional.

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