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#PsicologíaParaTuVida: consejos en tiempos de COVID-19 (17)

En su entrega 17, la sección de #PsicologiaParaTuVida llega a ti, para reflexionar acerca del uso de las tecnologías en niños/as y jóvenes. En esta ocasión y en la próxima trataremos esta temática de gran importancia en la actualidad.

La propuesta de hoy, es conocer algunas señales de alarma para evitar que el uso inadecuado de las tecnologías provoque afectaciones en la salud mental de nuestros hijos/as. Esperamos que esta temática que la Sociedad Cubana de Psicología en Holguín, el Departamento de Psicología de la Universidad de Holguín y la Dirección de Comunicación Institucional de esta casa de altos estudios, te resulte de interés.

Las tecnologías, que ya no son nuevas, se han introducido en nuestras vidas y han cambiado nuestra manera de comunicarnos y conectar con el mundo, transformando nuestro sistema económico, social y cultural. No se puede desconocer su utilidad si se hace un uso responsable de ellas. Internet, los teléfonos móviles y los juegos interactivos tienen beneficios, puesto que son herramientas para el aprendizaje y la comunicación.

También es cierto que hacer un uso inadecuado de ellos implica riesgos, especialmente para los más jóvenes. En los últimos años se ha observado un incremento, en edades cada vez más tempranas, de lo que se denomina “adicciones sin sustancia”, entendiendo estas como la pérdida de control en una conducta que al principio se realizaba por placer y pasa a ser necesidad.

El abuso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la infancia y adolescencia, que suele comenzar como una conducta ocasional, cuando aumenta de frecuencia puede derivar en alteraciones psicológicas y comportamentales que tengan importantes repercusiones.

Entre las señales de alarma cuando el uso de las tecnologías es problemático encontramos:

  1. Pérdida de control. Al comienzo se realiza la actividad por puro placer, sin embargo, al tiempo la persona siente la necesidad de llevarla a cabo para aliviar el malestar que provoca no hacerlo.
  2. Ocultación. Hay diversas formas de ocultar un problema con las TIC, como estar en espacios aislados, no decir las contraseñas o, incluso, tener varios perfiles en redes sociales donde a la familia se le da uno y se ocultan los otros.
  3. Abandono de otras actividades. La conducta ocupa cada vez más tiempo del día a día, restándoselo a otras actividades, que van teniendo menos interés.
  4. Tolerancia. Se necesita más duración, intensidad y/o frecuencia para satisfacer su necesidad de tecnologías, ya que se produce una disminución de su efecto placentero.
  5. Cambios de comportamiento. Si el problema se alarga en el tiempo, provoca cambios emocionales, cambios de hábitos y rutinas, etc.
  6. Síndrome de abstinencia. Existe un profundo malestar emocional en el que la persona se
    encuentra triste, ansioso e irritable, se produce insomnio, inquietud motriz, nerviosismo, etc.
    cuando no se está conectado.

El entorno natural donde las personas aprendemos es la familia. Los niños y niñas aprenden cómo y cuándo utilizar las tecnologías con base a lo que ven en su hogar. Hoy en día se puede ver a padres y/o madres empujando el columpio del parque con una mano y en la otra el teléfono móvil, usándolos en sitios inadecuados como teatros o cines o desconectando de reuniones familiares o sociales para navegar en redes sociales. ¿Cómo se pretende que los/as hijos/as no hagan lo mismo?

Por ello, es importante la educación en el buen uso de las tecnologías desde el momento en el que nacen, dando ejemplo y poniendo límites claros. Esta educación pasa por enseñar buenos hábitos saludables de consumo, sociabilidad y emociones. Una orientación sobre la adecuada exposición según la edad lo encontramos en la tabla siguiente:

USO ADECUADO DE LAS TECNOLOGÍAS SEGÚN LA EDAD
0-2 AÑOS No deben exponerse a ningún tipo de pantalla, ya que resta
tiempo para otras actividades imprescindibles para su desarrollo
como la exploración del mundo.
2-7 AÑOS

Máximo 2 horas de televisión. No recomendable el uso de
ordenadores, ni teléfonos móviles.
7-12 AÑOS Máximo 2 horas del conjunto de todas las pantallas (televisión,
ordenador, tablet, etc.) evitando la conexión
online por los riesgos que tiene. Móviles propios deberían de
usarse a partir de los 12 años.
+13 AÑOS Máximo 3 horas diarias permitiendo la conexión online cuando
muestren una adecuada madurez y teniendo un control
parental.

Recuerda que mirar al futuro, con las acciones en el presente que dependen de nosotros, resulta importante para contribuir a nuestra salud física y mental. Esa es nuestra misión en estos tiempos, por lo que cada lunes te ofrecemos #PsicologiaParaTuVida. Esperamos tus comentarios.

Tomado de: Abre tu mente en modo positivo. Promoción de salud mental en jóvenes. Guía práctica de bienestar emocional. Guía para docentes y familias. Asociación Salud Mental de Molina y Comarca. España

MSc. Lisneth Rodríguez Hernández
Licenciada en Psicología. Máster en Ciencias Sociales y Axiología. Directora de Comunicación Institucional, de la Universidad de Holguín.

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