Conversar con Álvaro Niebla es un deleite. Enseguida puedes notar su pasión por la ciencia, especialmente por la aeronáutica. El joven es estudiante de sexto año de la carrera de Ingeniería Mecánica, del Curso por Encuentro en nuestra universidad. Sobre su afán en construir el primer dron cubano para la búsqueda y rescate te contamos.
Álvaro y la aeronáutica
Mi interés por la aeronáutica nació desde que era un niño. Siempre me gustaron los aviones, los helicópteros, pero mi pasión solamente pudo llegar hasta los catorce años porque era una persona a la que le gustaba bastante investigar y estudiar, lamentablemente no me alcanzaba el tiempo para introducirme en el mundo del aeromodelismo. Fue durante la pandemia, cuando tuve el tiempo suficiente para desarrollar aviones, planeadores y actualmente el proyecto de pregrado que estoy desarrollando.
El proyecto
El proyecto consiste en hacer una investigación bastante exhaustiva sobre la necesidad de crear un dron de producción nacional, empleado para la búsqueda de salvamento y rescate. Paralelamente a la investigación, he comenzado a desarrollar un helicóptero, que todavía no es un dron, porque no tiene independencia por completo del mando, no se guía mediante patrones programados, está guiado solamente por patrones de radio control. Casi ha llegado hasta la última prueba de precisión, que será muy pronto.
Costo contra Beneficio
Uno de los drones más baratos que estuvimos analizando es el que actualmente utilizan la policía y Geocuba, en mapeo y monitoreo. Ese dron es muy utilizado, sin embargo, en comparación con los precios actuales del mercado, el helicóptero, que es el prototipo que he desarrollado, hasta ahora cuesta 5.5 veces menos que el Mabe, uno de los más baratos.
Con los pies en la tierra
No son pocos los obstáculos que ha tenido que atravesar Álvaro para construir su sueño. Horas de desvelo, tocar puertas en busca de inversores estatales para desarrollar el prototipo e incluso vaciar sus arcas personales para comprar las piezas. Pero en el joven investigador no merma el deseo de ver construido y en práctica, el primer dron de factura nacional.
Muchas son las gestiones para que aparezca el ansiado inversor. Entidades de Ciencia y Tecnología, empresas, incluso, emprendedores locales pueden estar interesados en un producto que se puede perfeccionar y, con él, satisfacer limitaciones existentes en varios sectores y sustituir importaciones. La ciencia universitaria estará siempre al servicio de la nación.