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La mujer como baluarte de la Revolución Cubana

La mujer como baluarte de la Revolución Cubana

Por Ricardo Silva Zaldívar/Departamento de Marxismo Leninismo e Historia

Del latín “mulier”, una mujer es una persona del sexo femenino. Su significado es tan extraordinario que se consiente líricamente su equiparación con los términos Patria y Revolución. Sin las féminas no hay ni habrá Revolución y Patria en nuestra Cuba.  

En el pensamiento martiano y fidelista jamás faltaron los elogios en frases para enaltecer las hazañas y participación de la mujer en la formación de la historia, cultura e identidad nacional. La obra de la Revolución Cubana no se podría escribir sin aludir la palabra mujer, que más allá de ser considerada como el complemento espiritual de un hombre, es un digno modelo de resistencia, empeño y apego a las causas justas. Como muy bien expresó Fidel, las mujeres cubanas son una “Revolución dentro de la Revolución”.

Han sido las féminas las que desde los inicios de nuestras luchas por la independencia se han desempeñado como verdaderas combatientes, donde se les ha visto cumpliendo disímiles faenas como mensajeras, enfermeras, costureras, incluso han tomado fusiles y marchado al campo de batalla cuando se les ha invocado. Diversos son los paradigmas de heroínas que pueden ser citados, entre ellas Mariana Grajales, “Madre de la Patria”, y Celia Sánchez Manduley, “La Flor más autóctona de la Revolución Cubana”.

No es solo el hecho de establecer cotejos ni tampoco adjetivar, sino de concederles la justicia merecida, de considerarlas, de sumarlas y de engrandecerlas. Mucho ha de prepararse la mujer para conquistar su espacio en la sociedad, inclusive más que el hombre. El machismo es mal que aún perdura en nuestros días, a pesar de todo el esfuerzo y tesón desplegado para su erradicación dentro de la obra revolucionaria.

El respeto hacia los derechos de las féminas hoy en Cuba es un deber de todos. Se estipula en todo el ordenamiento jurídico la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar esos derechos, dentro de los que sobresalen el derecho a la vida, a la salud, a la educación, al trabajo, a la cultura, a la recreación, al deporte, a la no discriminación, a la igualdad ante la ley, a la participación en los asuntos públicos, acceso a la justicia, libertad religiosa, entre otros tantos.

Vale significar que en la construcción y actualización del modelo económico social cubano de desarrollo socialista no solo intervienen y aportan los hombres, igualmente lo hacen las féminas. Hoy la mujer es policía, arquitecta, abogada, ingeniera, profesora, constructora, mecánica, dirigente, cabeza de familia y se le puede notar realizando labores que en cualquier otra nación se le confiere exclusivamente al mal llamado sexo fuerte.

Cuando la humanidad vive hoy la tragedia de una pandemia, las mujeres cubanas continúan dando el paso al frente en las pesquisas, en los diagnósticos de PCR, en el apoyo a las personas vulnerables, en las colas y en los centros hospitalarios.

Todo puede resumirse en la siguiente frase martiana (…) las campañas de los pueblos son sólo débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer; pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño la obra es invencible.

Epg. Luis Ernesto Ruiz Martínez
Lic. en Educación, especialidad Matemática-Computación. Especialista en Docencia en Psicopedagogía. Metodólogo de la Dirección de Comunicación Institucional.

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