Por Sheila Díaz Abella.

Los públicos de una institución constituyen un elemento fundamental para los encargados de gestionar las comunicaciones, tanto para atender a las necesidades de comunicación, así como para conocer la imagen que se han formado de la entidad.

Entre estos públicos, se encuentra el público interno, el cual está formado por todas las personas que tienen una vinculación directa con la institución, porque son parte de alguno de sus grupos ocupacionales, y por aquellos que están estrechamente relacionados con la misma.

Los públicos internos se constituyen en fuente y a la vez receptores de la comunicación, y como sujetos activos de los procesos comunicacionales  aportan significado.

Cada uno de los grupos que componen el público interno tiene características particulares que, a su vez, los distingue de otros.

Una clasificación de los públicos internos, en la que coinciden varios autores, tiene la composición siguiente:

 – los directivos de alto nivel, caracterizados por su responsabilidad en la toma de decisiones

– los mandos intermedios, grupo que se encarga de dirigir diferentes procesos de forma  más operativa

– la base, grupo constituido por la mayor parte de los integrantes de la organización, los trabajadores de la producción o de los servicios.

Esta clasificación está relacionada con la estructura organizacional, que conlleva funciones comunicativas y a partir de la cual se desarrollan  interrelaciones y procesos de comunicación.

En las universidades como instituciones educativas, existe un numeroso público interno que labora  en la prestación de servicios educacionales, o recibe formación profesional como parte  del alumnado de pregrado o postgrado.

Aunque este público interno es amplio y heterogéneo, en la Universidad de Holguín se labora para un mejoramiento continuo de la comunicación.

El público interno de una institución debe constituir una prioridad para los planes de comunicación, pues son integrantes los principales actores en todo el accionar de la misma. A su vez, son importantes los denominados públicos externos y las informaciones y  mensajes dirigidos a estos.

Los públicos externos son aquellos individuos o sistemas sociales que forman parte del medio ambiente externo del sistema organizativo (Muriel y Rota, 1980)

Estos públicos pueden clasificarse en públicos generales y específicos:

Los públicos generales: están formados por la comunidad nacional e internacional con los que la institución se relaciona.

Los públicos específicos: se encuentran en el ambiente externo inmediato de la organización, estos están constituidos por los grupos más vinculados a la institución, que tienen una relación directa con ella.

Entre la variedad de los públicos específicos podemos mencionar:

• Los clientes reales y potenciales o beneficiarios de la institución,
• la competencia,
• los medios de comunicación masiva,
• los proveedores,
• las autoridades y líderes de opinión
• el público mixto, conformado por familiares de los trabajadores, este puede diferenciarse de los demás públicos específicos porque en algunas entidades en particular están estrechamente vinculados al desenvolvimiento productivo o de servicio.

Los medios de comunicación son un público externo clave pues contribuyen al conocimiento de la institución en su entorno y son gestores de opinión pública.

Los públicos externos son objeto de los procesos comunicativos de las entidades, a estos les aportan información sobre su actividad y productos, y reciben retroalimentación  en cuanto a la entidad y su gestión.

En la Universidad de Holguín se diseñan estrategias de comunicación interna y externa para dar a conocer el quehacer de la comunidad universitaria a sus públicos internos y externos, a fin de lograr la satisfacción de las demandas  de información y comunicación en los públicos de la entidad.