Marzo lo cambió todo. No bastaron las noticias que llegaban de la lejana China, o de la culta Europa, para prepararnos. La confirmación de la llegada de la COVID-19 a nuestra isla, también impactó la vida cotidiana de la Universidad de Holguín.

Antes que todo fuera himnos y vítores
Antes que todo sea negociaciones
Hay un preludio espeso, desafinado
Altísimos silencios de sinrazones

Esta es una historia inconclusa.

A finales de marzo comenzó la contribución de la Comunidad Universitaria al enfrentamiento a la pandemia. La sede Celia Sánchez Manduley acogió el primero de los tres Centros de Aislamientos en áreas de la Universidad de Holguín. Luego se incorporaron las sedes Manuel Fajardo y José de la Luz y Caballero.

Con la disposición, los temores.

Y el miedo va goteando de los valientes
Antes que los sudores y que la sangre
El instinto genuino que ya le advierte
Permutar de destino, se le hizo tarde

Muchos trabajadores se vincularon a diferentes acciones durante estos meses, confirmando el valor de nuestra gente, el compromiso con su país y el sentido de pertenencia a la institución. Quedaron a un lado la tiza y el pizarrón para preservar la vida de otros y la propia. Decenas de ellos en zona roja. En muchos, la duda y las certezas:

Qué estoy haciendo aquí
Amando a este país como a mí mismo
No, que va
No hay heroísmo
Vine a darle un beso al mundo y nada más

Cuatro estudiantes, en representación de los muchos que en la FEU han protagonizado mil batallas, asumieron el reto de incorporarse a la zona roja del Clínico. Se convirtieron en noticia, para orgullo nuestro. Uno de ellos, Jorge Chelala, accedió a conversar a través de Facebook, en los breves descansos que su tarea les permitía.

¿Que los motivó para asumir ese riesgo e incorporarse a la Zona Roja?

Simplemente Fidel, él fue quien nos motivó siempre, es nuestro más digno ejemplo de cómo ha de ser un joven cubano: solidario, entregado y consciente del momento que vive. Nosotros sabemos el momento que vivimos y si Fidel luchó en la Sierra por una Cuba libre, nosotros seguimos su ejemplo y decidimos luchar aquí, en la zona roja, contra un virus microscópico, porque esta es la batalla que nos tocó librar.

Las fotos en las redes son muestra del compromiso de nuestros muchachos, ¿cuántos están ahora mismo enfrentando la COVID-19?

Ahora mismo aquí en la zona roja somos 4, Daylin García Batista de primer año de Ingeniería Civil; Miguel Ángel González Infante, de primer año de Turismo; Claudia Canales Torres, de segundo año de Turismo y bueno yo, de quinto año de Ingeniería Agrónoma. Pero no sólo somos nosotros, afuera también hay un contingente de nuestros estudiantes apoyando en tareas que les asigna el Consejo de Defensa Provincial.

Pandemonium, capital de los infiernos
Solo por los temores se filtra el alma
Restos de quien al instante deshicieron
Niños que, tras el hambre, se irán con calma

¿Cómo es una jornada en la Zona roja? ¿Miedos?

La jornada de trabajo es ajetreada, aunque ahora está bastante tranquilo, puesto que tenemos pocos pacientes en la sala donde estamos. Después de cada tarea, por cuestiones higiénicas y preventivas, nos cambiamos la ropa (a veces hasta 6 veces en dependencia de lo que hagamos). Esto es lo más complicado de la jornada, debemos permanecer vestidos como “cirujanos” todo el día y a veces la calor no ayuda mucho, pero aguantamos porque es por nuestro propio bien.

¿Miedos? Infectarnos, ese es el único miedo, y agradecemos que sea así porque ese mismo miedo nos lleva a ser precavidos y cuidarnos aún más de esta enfermedad que sólo está esperando que nos confiemos para atacar.

Viejos jinetes del horror que han aprendido
Con la distancia, anestesiarnos los discensos
Con sensación de no es aquí, no es a mí,
no son los míos
Cabalgan sobre nuestro tedio

Muchos hablan de esta respuesta de nuestros estudiantes, ¿qué otras acciones han desarrollado en esta etapa de lucha contra la COVID-19?

Esto no es lo único. Afuera tenemos un contingente llamado “Julio Antonio Mella”, creado especialmente para apoyar la lucha contra el nuevo coronavirus en nuestra ciudad e integrado por estudiantes de la Universidad de Holguín. Me alegra saber que cada día se han ido sumando más para apoyar en las comunidades, en las tareas que nos asigne el Consejo de Defensa Provincial como el apoyo en las colas, la asistencia a los sectores más vulnerables como ancianos y embarazadas, el reforzamiento de la guardia obrera en nuestras sedes universitarias. Hemos demostrado alta disposición para lo que haga falta. Somos la FEU de la UHo, no podemos fallarle a Cuba.

Después será no es mi ciudad
Luego será no son mis hijos
Somos la misma humanidad
Todos frente al mismo acertijo

Jorge, Claudia, Miguel Ángel y Daylín forman parte de una enorme lista de nombres que bien pudieran estar en este sincero homenaje. Sus respuestas pudieran haber sido las de muchos otros que sostuvieron, con su accion diaria, la batalla por la vida en áreas de la Universidad de Holguín.

A ellos van dedicadas estás breves líneas. Ya tendremos tiempo para poner nombres y apellidos a los reconocimientos, para abrazar y agradecer a los que, de algún modo, fueron estimulados por su empeño y a los que, en el más obsoluto silencio, fueron los VALIENTES de esta historia que todavía está por contarse.

їPero qué estoy haciendo aquí?
Amando a este país como a mí mismo
No, no hay heroísmo
Vine a darle un beso al mundo y nada más
Y nada más