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Recordar la historia

Nuevos aniversarios de las muertes del líder estudiantil Julio Antonio Mella y la guerrillera Celia Sánchez Manduley fueron motivo de homenaje la víspera como homenaje a sus heroicas vidas en las cuatro sedes de la Universidad de Holguín.
Nuevos aniversarios de las muertes del líder estudiantil Julio Antonio Mella y la guerrillera Celia Sánchez Manduley fueron motivo de homenaje la víspera como homenaje a sus heroicas vidas en las cuatro sedes de la Universidad de Holguín.
Nuevos aniversarios de las muertes del líder estudiantil Julio Antonio Mella y la guerrillera Celia Sánchez Manduley fueron motivo de homenaje la víspera como homenaje a sus heroicas vidas en las cuatro sedes de la Universidad de Holguín.

Nuevos aniversarios de las muertes del líder estudiantil Julio Antonio Mella y la guerrillera Celia Sánchez Manduley fueron motivo de homenaje la víspera como homenaje a sus heroicas vidas en las cuatro sedes de la Universidad de Holguín.

Por Yudith Rojas Tamayo

yrojas@fh.uho.edu.cu

Dirección de Comunicación Institucional

La comunidad universitaria tuvo la posibilidad de recordar fragmentos de sus vidas y las circunstancias en las que cada uno falleció físicamente, pues diariamente su ejemplo nos acompaña.

Líder estudiantil Julio Antonio Mella
    Líder estudiantil Julio Antonio Mella
La guerrillera Celia Sánchez Manduley
La guerrillera Celia Sánchez Manduley

En relación con el joven Mella, el escritor italiano Pino Cacuccia, autor, entre otros libros de Tina, la biografía de Tina Modotti, que es también la de Vittorio Vidali, el agente de la URSS que actuó en México y en España publicó en el diario mexicano “La Jornada”, el 19 de junio del 2005 algunos detalles de aquel trágico día.

Según investigaciones de Cacuccia, “Julio Antonio Mella fue asesinado la noche del 10 de enero de 1929 en la esquina de Abraham González con Morelos, de dos tiros de revólver 38: la primera bala atravesó el codo izquierdo y el intestino, la segunda perforó un pulmón. El juez Alfredo Pino Cámara interroga a Tina Modotti y la acusa de varias contradicciones: ella ha declarado que quien disparó -desde un automóvil en la oscuridad- lo hizo mientras ella caminaba tomada del brazo izquierdo de Mella, algo imposible porque la primera bala lo hirió en ese brazo, y no pudo ser un acto sorpresivo porque Mella corría tratando de escapar.”

“Hay tres testigos de los hechos: el panadero Luis Herberiche que se encontraba en la puerta de su panadería, y los jóvenes Anacleto Rodríguez y José Flores, que estaban a la puerta de su casa en Abraham González. Los tres afirman que vieron a tres personas, dos hombres y una mujer, avanzando desde Bucareli y discutiendo animadamente, y que uno de los dos hombres sacó una pistola y disparó mientras el otro corría hacia delante. En el careo con Tina, Herberiche declara: “No tengo ningún motivo para engañar a la justicia. Soy un comerciante al que no le gusta verse implicado en estos hechos. Siento mucho desmentir a la señora, pero lo que dije es la verdad y lo sostengo”. Los periódicos de la época publicaron estos y muchos otros detalles, pero la justicia no pudo esclarecer quién mató a Mella y por qué.”

“En 1986 hablé con Félix Ibarra, que a los 17 años entró en la Juventud del Partido Comunista Mexicano (PCM) y después simpatizó con la Oposición de Izquierda, que apoyaba a León Trotsky. Ibarra tenía la máscara mortuoria de Mella, que me enseñó -aún conservo la foto que hice- y fue una emoción ver cómo era el rostro del luchador cubano pocas horas después de su fallecimiento. Luego, Félix me contó:

“Lo conocí en 1928, cuando yo vivía donde ahora está el metro San Antonio Abad. El venía a repartir propaganda y me acuerdo muy bien de ese muchacho alto, fornido, que siempre transmitía entusiasmo. Al principio se adhirió a la Oposición de Izquierda, pero cuando lo acusaron de atentar contra la unidad del PCM, oficialmente tomó distancia, aunque en octubre de 1928 fundó la revista Tren Blindado, que era el emblema de Trotsky… Fue un desafío. Además, Tina fotografió la máquina de escribir de Julio Antonio y en la hoja de papel que sale del carro se puede leer una frase de Trotsky sobre la función revolucionaria del arte. Cuando lo mataron, le pregunté varias veces a mi tío Alberto Martínez, que era dirigente del PCM, quién era el asesino, y siempre evitó contestarme, hasta que un día, cuando pensó que yo tenía ya una consciencia política sólida, me dijo: ‘Fue ese malvado de Sormenti’. Y no quiso agregar más. Mi tío conocía a Vittorio Vidali como Carlos Contreras o Enea Sormenti, y creía que Sormenti era su verdadero apellido. Años después, hablé del asunto con Diego Rivera, y me dijo: ‘Todos sabemos que fue Vidali, ya nadie puede tener dudas al respecto'”.

“Otra persona, cuya vida es parte de la historia del comunismo en Italia, pero no quiere involucrarse en esta polémica desgarradora, me contó que una vez, discutiendo con Vidali en Trieste, éste le dijo: “No fui yo personalmente, pero claro que a Mella lo liquidamos nosotros. Era un irresponsable, estaba quebrando la unidad del partido y la unidad sindical”.”

Para más información consulte el sitio: http://www.fundanin.org/cacucci.htm

MSc. Yudith Rojas Tamayo
Lic. en Periodismo. Máster en Historia y Cultura en Cuba. Profesora e investigadora de la Universidad de Holguín y Periodista de la emisora Radio Angulo. Especialista de la Dirección de Comunicación Institucional.
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