Por Karelia Torres Gómez de Cádiz Pérez / Estudiante de Psicología
¿Qué es un estereotipo? ¿Que son los estereotipos de género? ¿Cómo se comunican los estereotipos de generación en generación?
En Psicología Social, son construcciones creadas alrededor de un grupo humano, que se basan en generalizaciones, prejuicios, mitologías urbanas o percepciones simplificadas y exageradas. Generalmente se le atribuyen características, propiedades o intereses de dicha comunidad. La formación de estereotipos forma parte de un proceso natural de la mente humana.
El problema es cuando los estereotipos sustituyen o impiden conocer la realidad de los individuos.
Un estereotipo de género es una idea concebida con antelación sobre atributos o características que deberían poseer o desempeñar los hombres y las mujeres. Es negativo cuando limita la capacidad, tanto de las mujeres como de los hombres, para tomar decisiones en el plano personal, familiar o profesional.
Existen estereotipos claramente hostiles o aparentemente benignos tanto para hombres como para mujeres, el caso es que son perjudiciales y promueven la desigualdad, pues atribuyen características y roles específicos a los individuos solo por pertenecer a un grupo, hombres o mujeres.
Entre los más comunes podemos encontrar las mujeres como cuidadoras, este atribuye a ellas toda la responsabilidad del cuidado de los niños y los quehaceres del hogar, incluso cuando trabajan fuera. ¨Los hombres no lloran¨, este les impide a ellos manifestar sus emociones. Son ejemplos que nos permiten observar como de simple y complejo a la vez pueden ser los estereotipos y como pueden influir en las personas, en la forma de percibir el mundo que nos rodea y como son limitantes de la libertad y la capacidad de desarrollo de los individuos.
Estos pasan de generación en generación mediante la socialización de género, que es el proceso mediante el cual los niños aprenden las expectativas sociales, aptitudes y comportamientos asociados típicamente con niños y niñas. Esta comienza con la familia, como primer agente socializador, desde el nacimiento e incluso antes. Este proceso surge casi sin darnos cuenta y puede visualizarse en los juguetes, prendas de vestir, y las distintas actitudes que tenemos para con nuestros hijos.
Por eso es fundamental una educación no sexista, libre de estereotipos de género desde los primero años de vida para evitar su perpetuación y la familia como primer entorno de socialización juega un importante papel en la creación de referentes y modelos de conducta no estereotipados ni sexistas.
También la escuela como segundo agente de socialización debe promover la relación entre las personas basada en el respeto y la igualdad entre hombres y mujeres e impulsar el desarrollo de una sociedad libre de prejuicios.
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