
Por Liban Fernando Espinosa Hechavarría.
En un día como hoy, el 9 de mayo, se conmemora el natalicio de una figura icónica de la Revolución Cubana: Celia Sánchez Manduley. En el aniversario 104 de su nacimiento, recordamos y celebramos la vida y legado de esta valiente mujer que dejó una huella imborrable en la historia de la patria.
Celia Sánchez Manduley nació en Media Luna, en la provincia de Granma, el 9 de mayo de 1920. Desde temprana edad, demostró su valentía, inteligencia y compromiso con la causa revolucionaria. Su papel en la lucha guerrillera que culminó con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 fue fundamental, siendo una colaboradora cercana a Fidel Castro y desempeñando un rol crucial en la organización y logística de la lucha en la Sierra Maestra.
Además de su labor revolucionaria, ¨La Heroína de la Sierra y el Llano¨, se destacó por su compromiso con la educación, la cultura y el desarrollo social de Cuba. Fundadora de la organización de niños exploradores, promovió la educación rural y participó activamente en programas de alfabetización, dejando un legado duradero en la sociedad cubana.
En el aniversario de su natalicio, es importante recordar y honrar su memoria, una mujer adelantada a su tiempo que desafió los roles tradicionales de género y se convirtió en un símbolo de lucha, sacrificio y dedicación. Su legado perdura hasta hoy, inspirando a generaciones futuras a seguir su ejemplo de compromiso con la justicia social y la igualdad.
En medio de los desafíos actuales que enfrentan Cuba y el mundo, la figura de Celia Sánchez Manduley nos recuerda la importancia de la valentía, la solidaridad y el compromiso con los ideales que nos guían hacia un futuro más justo y equitativo. En su aniversario 104, celebramos su vida y legado, manteniendo viva su memoria como un faro de inspiración para las generaciones presentes y venideras.