Por Alicia Serrano Coya.
Bienvenidos una vez más a la sección “Psicología para la Vida”. Hace pocas jornadas celebramos el Día Mundial de la Salud Mental, efeméride impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH), con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para aumentar la conciencia de los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar los esfuerzos en apoyo de la salud mental. Cada año se establece un tema central, para el 2022 el lema fue: “Hacer de la salud mental y el bienestar para todos, una prioridad mundial”
Según informe de la OMS casi mil millones de personas (entre ellas un 14% de los adolescentes de todo el mundo) estaban afectadas por un trastorno mental. Cada 40 segundos, alguien toma la trágica decisión de que ya no vale la pena vivir. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes entre 15 y 29 años.
Los trastornos mentales son la principal causa de discapacidad. Las personas con trastornos mentales graves mueren de media de 10 a 20 años antes que la población general, la mayoría de las veces por enfermedades físicas prevenibles. Los abusos sexuales en la infancia y el acoso por intimidación son importantes causas de depresión.
Las desigualdades sociales y económicas, las emergencias de salud pública, las guerras y las crisis climáticas se encuentran entre las amenazas estructurales para la salud mental presentes en todo el mundo. La depresión y la ansiedad en el primer año de la pandemia aumentaron más de un 25%.
En pleno siglo XXI, la gente sigue tratando la cuestión de la salud mental como un tema “tabú”. Se sigue estigmatizando a las personas diagnosticadas con un trastorno mental, y seguimos ocultando cualquier síntoma de malestar psicológico, ya que suele ser considerado signo de debilidad.
Considero que en el mundo hay muchos prejuicios con el tema de la salud mental, hay una gran parte de nuestra sociedad que piensan que ir al psicólogo es solo para los que están “locos”. Van al doctor cuando les duele una muela, por citar un ejemplo, van a cientos de especialistas en la parte clínica, pero cuando “duelen las emociones” no acuden a los centros de salud mental. Y la realidad es que las enfermedades de salud mental constituyen una epidemia silenciosa que afectan al mundo entero.
Esto debe cambiar, la salud mental no es cosa de unos pocos, es cosa de todos. Creer que la salud mental es una problemática que no nos incumbe y que solo afecta a una minoría con un perfil concreto nos hace desconocedores de una realidad actual y entre todos debemos luchar contra los estigmas y prejuicios.
Es necesario cuidar de la salud mental de la misma forma que se cuida la salud física, ante su ausencia, la persona es incapaz de desenvolverse adecuadamente en la sociedad, también su ausencia suele comprometer la salud física de la persona, generando patologías y enfermedades que pueden llegar a ser crónicas.
No debes olvidar que tu mente determina cómo razonas y sientes, y por ello como actúas al enfrentar los retos que impone la vida. La importancia de la salud mental implica no solo estar libre de diversos trastornos psicológicos, sino también poseer un bienestar emocional, psicológico y social.
