Por Yanela Ruiz González.

 “A veces olvidamos el valor de las pequeñas cosas y no vemos hermoso lo que nos rodea”, dice el joven que prefierela novela El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, aunque sea dedicada a los niños, lleva en su actuar cotidiano el ejemplo del Comandante en Jefe Fidel Castro porque “fue un hombre digno y de pensamiento futuro”y disfruta a plenitud cada jornada de su vida, de la que se confiesa un fiel apasionado. 

Le viene de la cuna su manera sencilla y aguerrida de conducirse por la vida, heredada esencialmente de su madre, guía inseparable, a quien mucho agradece sus éxitos, aunque alega que también le debe a su hermana, padre y novia, inspiración de sus días.

Dar el paso al frente en cada tarea ha sido constante desde su llegada a la Universidad de Holguín en los últimos cinco años. Allí desbordó con su ímpetu juvenil, carácter afable, carismático y atrevido si se quiere, pues no hubo escenario que no conquistara, siempre que se tratara de mejorar el trabajo de su centro y desempeño de los estudiantes.

Representar a la masa estudiantil fue una de sus mayores responsabilidades desde los diversos cargos que ocupó en todo este tiempo, lo mismo en la Unión de Jóvenes Comunistas que la Federación Estudiantil Universitaria, de la que fue su presidente en el último año de la carrera.

Una extensa hoja de vida en la casa que más que altos estudios, le dio, a su decir, la oportunidad de crecerse y ser mejor persona, participar en disímiles eventos (científicos y estudiantiles), y sobre todo, cerrar un capítulo de su vida con el honor de haber merecido excepcionalmente el Premio de la Rectora, hecho sin precedente en la UHo, es sin dudas, la constancia de la integralidad de Jorge Ignacio Chelala Campaña, recién graduado de la carrera de Ingeniería Agrónoma de la Facultad de Ciencias Naturales y Agropecuarias de esta institución académica.

“No esperaba el premio. En el momento que lo recibí abracé a la rectora y brotaron lágrimas. Todavía me pongo nervioso. Me emocioné al ver todo el teatro de pie aplaudiendo. Nunca calculé cuánta importancia tenía yo para la Universidad, como la tiene esta institución para mí. El orgullo no me cabe en el pecho, y para mi familia ha sido algo superior. Es un gran reconocimiento. Han sido años en los que he permanecido más tiempo en la Universidad que el hogar”, dice Chelala con la franqueza que advierten sus pequeños ojos.

En su trayecto como dirigente estudiantil muchos son los logros alcanzados en la universidad. El protagonismo puesto a prueba en más de un frente así lo corrobora. Sobre la ruta andada significa: “Desde que dirigí a nivel de facultad me propuse tareas que respondieran a nuestros intereses. Creamos vínculo con la Delegación provincial de la Agricultura para que nuestras carreras afines tributaran al desarrollo en la provincia”.

“Realizamos actividades de impacto para la Tarea Vida, y en el frente de Cultura y recreación los mayores logros han estado en nuestra presencia en los diversos eventos culturales del territorio, los premios obtenidos en el carnaval holguinero con nuestra carroza y comparsa, y en los festivales de artistas aficionados, por solo citar algunos ejemplos”.

Dirigir la FEU en tiempos de pandemia y casi a punto de graduarse, impuso otra dinámica para este joven. Aglutinar las fuerzas estudiantiles y apoyar las labores de enfrentamiento más que un reto, demostró su gran compromiso.

“Mientras la mayoría permanecía en casa, los jóvenes universitarios fuimos convocados a varias tareas y estuvimos en la línea de fuego, apoyando y aportando en lo que hiciera falta. Muchos fuimos a zona roja en centros de aislamiento, como el creado en el hospital Clínico Quirúrgico; permanecimos en calles y colas y participamos en tareas productivas bajo sol y sereno, porque hicimos hasta guardia obrera en nuestra institución. Nuestra juventud no se queda de brazos cruzados repitiendo la queja de muchos por la difícil situación.

“La comunicación fluyó entre todos y no solo en la cabecera provincial, en los municipios también nuestros estudiantes dieron su aporte. Las experiencias de esta etapa han sido únicas, hasta en el apoyo al sector de Transporte cuando se implementaron las primeras fases de la recuperación”, agrega.

Chelala es sinónimo de liderazgo en la Universidad de Holguín-le digo- y sonríe con la picardía de hacerme entender que lo logrado no se conjuga en el modo indicativo del singular, si no en plural, pero le insisto, porque no es mi opinión, es la de la comunidad universitaria, y no le queda más remedio que aceptarlo: “Si hay algo que puede influir es el ejemplo”.

Siempre que he pedido apoyo para las tareas es porque el primero en la lista soy yo. A los jóvenes nos gusta que nos convenzan con la acción. Si me consideranlíder es porque estoy donde el deber me llama. Lo otro es el espíritu de hacer. Si hay algo que la universidad me ha enseñado es agenerar nuevas ideas y buscar soluciones.

“Por eso llevo como tatoo en mi alma el #OrgulloUHo, uno de nuestros “hastag” en Facebook, que trasciende las redes sociales para ser premisa en todo lo que hacemos. Aun no me he desprendido del todo de la universidad, me queda una última tarea en la villa de verano dedicada a la producción de alimentos, pero ya siento la nostalgia tocando a la puerta”, afirma.

Lo delata su rostro. Y para disimular habla de su deseo por iniciar el periodo de adiestramiento en la Empresa de acopio, beneficio y torcido del tabaco, especialmente en la zona de San Andrés, donde continuará la práctica de todo el arsenal que le dieron sus años en la UHo, donde aprendió también a ver con el corazón y a buscar lo esencial en lo invisible para los ojos.

Tomado de Ahora