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La calle y el General

mariano torresNunca pensó que con su nombre llegara a bautizarse alguna calle. En su tiempo, además de llevar patronímicos de monarcas, oficios y sentimientos, era impensable que los comunes mortales llegaran a tener una con su sustantivo propio.

Por MSc. Marjel Morales Gato

Dirección de Comunicación Institucional

Pero resultó que con la llegada de la añorada y luego maltrecha República, los calificativos de aquellos grandes de la pasada guerra, sustituyeron al de los soberanos. Así se rebautizaron la hoy llamadas calles Martí, Máximo Gómez, Ángel Guerra, y muchas otras. El país rendía tributo a sus héroes y afianzaba su identidad nacional.

Pero Mariano Torres, donde quiera que reposen sus valerosos huesos, no creyó que en ese afán de renombrar las cosas, le iban a cambiar hasta su sexo y en lugar de general mambí, sería mambisa. No crea el lector que se trata de un disparate o un discurso en contra de la diversidad sexual. Lo cierto es que muchos holguineros hoy nombran a la extensa arteria que une a las avenidas de Los Álamos y Capitán Urbino como “Mariana la Torre”.

Todavía, muchos historiadores locales buscan en los archivos datos de esta nueva heroína que el pueblo ha encontrado. Sin embargo, ni en ninguna de las tres etapas históricas aparece una Mariana la Torre.

No obstante, ¿quién fue el General Mariano Torres Mora? De la larga lista de generales que salieron de estas tierras, fue uno de los más cercanos a los grandes jefes de las tres guerras del siglo XIX en la Isla. Su familia emigró de un caserío llamado Damián, cerca de Yareyal, hasta las cercanías de Jiguaní y Bayamo. Se hizo masón y desde la logia entabló una profunda amistad con Donato Mármol y Máximo Gómez.

Al estallido de la revolución de Yara dejo el hogar y se unió a las tropas de Gómez. Su brazo estuvo presente aquella mañana del 11 de noviembre de 1968 en que el dominicano, con más testículos que armas, ordenó a sus hombres que le dieran machete al enemigo. Cuenta el propio General español Quirós, que jamás había visto semejante carnicería y que en lugar de hombres eran demonios los que cayeron sobre las tropas peninsulares. Se escribía una de las páginas más heroicas de la historia cubana.

Los avatares y sinsabores de la guerra llevaron al general Mariano Torres a estar presente en muchos otros momentos heroicos y tristes. La contienda del 95 contó con su él, luego de que su amigo personal, el héroe de Mal Tiempo, lo llamara a filas a defender el honor y la patria, cuando la intervención y el fin de la guerra, regresó a Jamaica donde estaba parte de su familia exiliada. Regresaría a la patria en el año en que perdíamos al mayor ejemplo de internacionalista, antes que el Che. No se incorporó a la política y pasó casi en silencio los últimos años de su vida. Así, una fresca tarde del 4 de febrero de 1930 en su casa de Frexes, esquina Cardet, cerraría sus ojos a los 102 años.

Por eso amigo lector, si alguna vez va de compras a Los Chinos, y desanda por la concurrida arteria que he citado, recuerde que lleva nombre de un General Mambí.

MSc. Yudith Rojas Tamayo
Lic. en Periodismo. Máster en Historia y Cultura en Cuba. Profesora e investigadora de la Universidad de Holguín y Periodista de la emisora Radio Angulo. Especialista de la Dirección de Comunicación Institucional.
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