Voy aprisa. Casi es la hora. Apenas respondo el saludo de Margarita y se resbalan de mis labios unos imperceptibles buenos días, un riesgo de parecer maleducada a esos oídos que acumulan más de 60 años, de tantos sonidos ambientales. No puedo. Tengo que regresar.
Por Yudith Rojas Tamayo
Departamento de Comunicación Institucional
Voy aprisa. Casi es la hora. Apenas respondo el saludo de Margarita y se resbalan de mis labios unos imperceptibles buenos días, un riesgo de parecer maleducada a esos oídos que acumulan más de 60 años, de tantos sonidos ambientales. No puedo. Tengo que regresar.
-¿Qué tal Margara? ¿Cómo amaneció hoy? Se levantó tempranito.
-Si mija. Pa’ qué dormir tanto. ¿Y Adriancito te escribió? Ya casi es 14 de febrero. ¿No le vas a escribir una cartica?
Solo me queda sonreír. La ternura e inquietud de sus palabras calaron mi armadura de nueva trabajadora que ha planificado una jornada bien cargada, donde no había lugar para el saludo.
Es cierto, estamos en la semana del amor. Comenzó oficialmente el corre corre para conseguir el regalo: el perfume, la crema, los cosméticos, la billetera, el sonajero, la indagación por una buena oferta para salir de noche… No importa si solo es una nota confeccionada a mano, o una pequeña foto, esa instantánea que quedó del reciente aniversario o la que el amigo captó en el momento más inesperado y por el azar de la vida, es la mejor por la naturalidad del flashazo.
Habrá quienes tengan su suspiro cerca, otros estarán lejos, muchos ya no lo festejarán y algunos encontrarán pretextos para alejarse precisamente en esta semana: ¿por qué será? Unos preparan los temas que perfectamente – al parecer por arte de magia o por el ciclo biológico de la naturaleza humana- nuestros artistas favoritos ajustaron a nuestra historia; esperando el instante para arrancar lágrimas, sonrisas, espasmos y admiración.
Lo cierto es que faltan horas para homenajear a aquel hombre que decidió apostar por el amor. El San Valentín que conocemos de memoria, pero que siempre trae el encanto y el desconcierto de minutos mágicos, que cientos de niños, adolescentes y jóvenes descubren por vez primera.
Han llegado los días de romper lo cotidiano; de aceptar pétalos, de entregar cariño, aun cuando todos son días de amor.
Muchas serán las vías para expresar lo que sentimos, una carta, un correo electrónico, un mensaje al móvil, una mirada, un beso.
Para todos los miembros de la Universidad holguinera: FELIZ SEMANA DEL AMOR
