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Ciencia enrutada

laboratorioCon la reciente inauguración del Laboratorio para el Procesamiento de Datos Biomédicos, la Universidad Oscar Lucero Moya proporciona mayor vialidad a la ruta que sigue para poner su potencial científico y las nuevas tecnologías en función del desarrollo del país.

La novedosa instalación, consumada gracias a los esfuerzos nacionales y la ayuda internacional, repercute sobre todo en los estudios de las Ataxias Hereditarias, cruel patología médica que reporta un alto número de casos en esta provincia.

A la Universidad de Málaga, en España, se agradece en particular el otorgamiento de fondos para la adquisición de los medios técnicos, entre ellos computadoras capaces de realizar complejas modulaciones matemáticas, reconoce el doctor en Informática Rodolfo García Bermúdez.

“También nos donaron parte de una colección de revistas, las cuales constituyen una valiosa fuente de consultas”, comenta el investigador, seguro de que a partir de ahora se abren nuevas posibilidades a la colaboración con varias instituciones de la Salud Pública del territorio.

SEDE APROPIADA

El laboratorio es sede del Grupo de Procesamiento de Datos Biomédicos, que funciona con la estrecha colaboración de los departamentos de Informática, Computación y Matemática, de­talla Rodolfo García.

“Nos dividimos en cinco subgrupos. Están los que se dedican a los procesamientos de Registros electromagnéticos, Coor­dinación motora y marcha, así como los de Captura de da­tos biomédicos y Modulación matemática.

“Colaboramos con los especialistas en Ataxia en investigaciones mediante inteligencia computacional encaminada al aprovechamiento de los registros neurológicos. Mucho antes de contar con el laboratorio comenzamos con el procesamiento de movimientos oculares, situación poco investigada en el mundo, aunque es una de las de mayor incidencia en la enfermedad. Con ese fin desarrollamos un método para separar los centros regionales que están asociados a la generación de esos movimientos”.

Igualmente, crearon un software destinado a procesar las referidas oscilaciones oculares y medir el impacto de medicamentos suministrados a los pacientes durante ensayos clínicos.

Entre las diversas temáticas que abordan también están la elaboración de interfaces de hardware y construcción de equipos de pruebas al sistema neurológico y el modelado de interacciones moleculares de proteínas en la Ataxia tipo SCA2.

Los vínculos van más allá de los establecidos con el Centro para la Investigación y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias (CIRAH), con sede en Holguín, pues se extienden a las universidades cubanas de La Habana y Las Tunas, así como a las de Málaga y Granada, allende el mar.

Así han surgido proyectos asociados a esos centros. De los concluidos sobresalen el Doctorado Curricular Cooperado en Informática, con la casa de altos estudios de Granada, y la Creación de un Grupo Interuniversitario para la Investigación y la Docencia en Técnicas Bio-inspiradas y de Inteligencia Computacional, en el cual intervienen las universidades de Málaga, La Habana y Holguín.

“Este último es para la aplicación al estudio de epidemias y enfermedades raras de especial incidencia en Cuba, así como en el control de sistemas“, puntualiza Rodolfo.

Además de estar en marcha importantes investigaciones, entre ellas, la rehabilitación de enfermedades neurológicas de alta incidencia en el Oriente de Cuba, que cuenta con la participación de la universidad granadina, evalúan la posibilidad de iniciar otra sobre matemática aplicada en el proceso salud-enfermedad-recuperación, para establecer las determinantes sociales, los riesgos y la prevención de enfermedades (intervienen el CIRAH y las universidades de La Habana y Hol­guín).

ESTUDIANTES INVESTIGADORES

Roberto Becerra, ingeniero informático y Máster en Matemática Aplicada a la Administración, es profesor de informática y uno de los nueve docentes que también se emplean a fondo en las investigaciones. Comenta que el laboratorio dispone de 19 computadoras. “Quedó atrás el tiempo en que estábamos obligados a emplear en el procesamiento de datos las pocas que habíamos adquirido de forma personal con mucho sacrificio”.

A su juicio, uno de los hechos más estimulantes es la participación de más de 21 estudiantes en los proyectos. “Los incorporamos desde primer o segundo años, con la idea que trabajen igualmente en sus tesis de grado. Hoy la mayoría es de Informática, pero pretendemos una mayor incorporación de alumnos de Matemática, con el propósito de incrementar el nivel teórico de las investigaciones”, precisa.

Allen Jiménez González cursa el segundo año de Ingeniería Informática y trabaja junto a otros compañeros en dos programas que pretenden modificar los encefalógrafos en uso en los hospitales de la provincia.

“Un programa está diseñado para capturar las señales analógicas de los equipos y el otro para almacenarlas, ya digitalizadas, en las computadoras, de manera que los especialistas mé­dicos puedan ver en tiempo real los resultados”, refiere el muchacho, al tiempo que aclara que el Grupo defiende la filosofía del empleo de los software y hardware libres, para no depender de patentes privativas.

De igual modo los ocupa la creación de un prototipo de guantes para determinar con exactitud los movimientos de las manos de los pacientes con ataxia. Cuando estén listos serán retomadas las pruebas interrumpidas porque los dispositivos usados quedaron obsoletos.

La influencia del grupo en los estudiantes es notable, lo cual se aprecia en el constante crecimiento de los conocimientos. De acuerdo con Allen, es muy importante la visión de investigadores adquirida en el proceso de aprendizaje, la cual estará presente en cada paso de la vida laboral una vez graduados.

Fuente: Diario Granma

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