Si por casualidad, encargo u obligación, en algún momento has ingresado la palabra responsabilidad en un buscador de información, o en un diccionario, seguramente te habrás sorprendido de las tantas definiciones que de esta palabra existen: responsabilidad jurídica, civil, social, del Estado, política, moral, patrimonial, corporativa, internacional, penal, ambiental, en fin, que se me escurren estas líneas solamente en nombrarlos.
Teóricamente, todo esto parece marchar a la perfección, pero la práctica aporta algunas que otras contradicciones. Por ejemplo, en el ámbito académico, los estudiantes una vez ingresados en la Universidad contraen diferentes responsabilidades, y sin dudas, asumir cargos de dirección a distintos niveles les pone los pelos de punta.
“Considero que la juventud universitaria, como partícipe que soy de ella, a veces se nota reacia a asumir algunos cargos de dirección, muchas veces por el tiempo que uno tiene que dedicarle a las reuniones, que en ocasiones son innecesarias. El tiempo, además, que se le dedican a los papeles tiende a convertirnos en más burócratas. Asimismo, las organizaciones, sean cuales sean, no funcionan estructural, organizacional ni creativamente bien, entonces consideramos que es un riesgo acercarse o coger un cargo que al final no va a poder ayudar, ni arreglar todos los problemas acumulados desde hace años. No obstante, de las universidades cubanas han salido excelentes dirigentes, pero que han dedicado sus horas a ejercer el liderazgo, por un interés personal.” Estudiante de Periodismo
“Como joven, en estos momentos, no me interesa asumir ningún cargo de dirección, porque me robaría tiempo de mis estudios, y al final cuando uno está en un cargo determinado, proyecta parte considerable de su tiempo intentando dar soluciones a las inquietudes de los estudiantes y no se resuelven. También, es un fenómeno de parte y parte, porque nosotros casi siempre demandamos cosas un poco difíciles de resolver; pero no es fácil dar la cara y que confíen en ti y no cumplas las expectativas.” Estudiante de Ingeniería Industrial
“En la actualidad es muy común que los estudiantes sintamos rechazo hacia convertirnos en directivos de la FEU o la UJC, y esto está motivado, en mi opinión, a los malos ejemplos y la poca motivación. Preferimos utilizar ese tiempo en cultivarnos individualmente, es decir, estudiar, escuchar música, salir con las amistades, salir a donde queramos, a la hora y el lugar que mejor nos parezca. En fin, que disfrutamos ser dueños absolutos de nuestro tiempo, sin deberles explicaciones a nadie. Pero es verdad que de nosotros mismos es que deben salir los dirigentes, y es una suerte que siempre hayan muchachas y muchachos dispuestos, aunque se pase un poquito de trabajo encontrándolos.” Estudiante de Derecho
Esta es una realidad que enfrentamos a diario. Cada vez más crece la distancia entre el compromiso de las circunstancias y la necesidad de formar con mayor calidad el futuro directivo cubano.
A pesar de las condiciones y el clima docente favorables en nuestras universidades, se impone la necesidad de preparar los futuros directivos del país, esos que nacen en un Secretario de Comité de Base, un Activista de la Cotización, o el Presidente de la FEU.
Aún falta mucho trabajo colectivo que realizar con los jóvenes. Este estado de opinión es una pequeña muestra del potencial escondido y que debemos aprovechar en los estudiantes que llevan un líder por dentro.
Por Yudith Rojas
Departamento de Comunicación Institucional
