Bienvenidos a nuestra primera publicación del 2021. Cocina con Lisbeth comienza el año con una sugerencia muy saludable: comer lechuga. Y, de paso. por qué comerla.

La lechuga tiene gran cantidad de fibra dietética, que ayuda a mejorar la digestión y estimula el movimiento de los intestinos. Además, es útil en casos de retención de líquidos, cálculos renales y problemas de flatulencias. Al ser fuente importante de hierro, es recomendada en casos de anemia y fatiga.

Es un excelente remedio casero para la gripe ya que fortalece las vías respiratorias. Por otro lado, tiene un efecto calmante y sedante ayudando a controlar el dolor muscular, los nervios y el insomnio.

Es fuente de antioxidantes que ayudan a disminuir el colesterol alto, retrasar el envejecimiento celular y a mejorar la circulación. Además, regula los niveles de azúcar en la sangre por lo que es ideal para pacientes diabéticos.

Es rica en vitaminas A, E, C, B1, B2, Y B3, así como en calcio, magnesio, socio y potasio. Consumir 100 gramos de lechuga aportará al organismo la cantidad diaria necesaria de vitamina A y betacarotenos.

La lechuga es rica en vitamina K, un nutriente esencial en el metabolismo óseo, al ayudar en el crecimiento de la masa ósea.

Para las féminas es muy útil porque disminuye los cólicos menstruales, tómala como infusión y listo.

Hoy comparto varias formas de presentar la lechuga, tanto en ensaladas como en guarniciones. Recuerda aderezarla con limón o vinagre y una pizca de sal.