En el año 2007 dos títulos circularon por toda la red de librerías del país: Loca por Roger, una antología de cuentos de autores noruegos y El cuervo dijo nunca más, del autor italiano Carlo Frabetti. Se distinguían ambos de otros ejemplares en venta por su dinámico diseño de cubierta: una ilustración sobre fondo blanco (que marcaría su identidad visual) y el sello que de manera diametral identificaba la que a la postre se convertiría en la más atrevida y polémica colección de literatura para niños y jóvenes en Cuba: la colección Veintiuno.
Surgió Veintiuno como parte de un proceso de renovación de colecciones realizado por la editorial Gente Nueva a propósito de su XL Aniversario. La propuesta se definió como una colección de literatura contemporánea, de autores cubanos y extranjeros, dirigida a niños, adolescentes y jóvenes, con temas que representaran los intereses y urgencias de los diferentes segmentos de su público, incluidos los considerados como difíciles o tabú, con espacio para lo social, el amor, el humor y otras temáticas, y con maneras de hacer que fueran asimismo desprejuiciadas, novedosas o atrevidas. Se convertía, de esta manera, en una colección amplia aumentando en cauce común temas y estilos que hasta entonces se publicaban de manera aislada, y que marcaban una notable diferencia con respecto a los valores de los libros infantiles y juveniles cubanos que constituían la “clase dominante”.
Actualmente más de 60 sugerentes obras integran el catálogo de la colección, tal es el caso de El libro de Teresa, del escritor y periodista venezolano Armando José Sequera.
Este libro – compuesto por trescientas historias y lleno de frescura, imaginación y simpatía- cuenta las ocurrencias de una pequeña niña en el ámbito de su familia, su escuela y otras circunstancias de la vida cotidiana. Tocadas por un fino sentido del humor, las historias de Teresa son una mirada risueña sobre el mundo incomprensible y casi siempre absurdo en que vivimos: el mundo de los adultos.
El texto se puede clasificar como un “tres en uno”: para privilegio de los lectores cubanos el autor de esta singular “Mafalda venezolana” además de ceder los derechos de publicación a Gente Nueva autorizó por primera vez que sus tres libros publicados por separado en su país natal fueran disfrutados por el lector cubano en un texto único. Así, comenzamos por Teresa, que contiene cuatro capítulos; continuamos con Mi mamá es más bonita que la tuya; y finalizamos con Teresa y sus hermanos, de otros cuatro acápites. El autor-narrador-personaje es el cariñoso hermano que observa, día a día, a esta personita carismática y juguetona, ocurrente y llena de imaginación. Es quien la acompaña a diversos sitios, donde ella luce su despabilada agilidad mental y provoca hilaridad y asombro con sus comentarios y acciones. La narración es muy correcta, pero desenfadada a la vez, en consonancia con el tema de la familia y la infancia que aborda en sus páginas este anecdotario.
Si algo hay que reprocharle a este buscado libro, es que en ocasiones, los títulos de las anécdotas adelantan el final y atentan, por ello, contra el desenlace de un cuento que ―suponemos― pretende la sorpresa, la admiración o el humor más impactante. Sin embargo, nada detiene el placer de la lectura de este volumen, el cual constituye, quizás sin pretenderlo como principal objetivo, una defensa de la unión familiar, la comprensión y el amor fraternal.
Queden todas estas preguntas y sus respuestas posibles como aderezo de la lectura de El libro de Teresa, donde muchas madres y otros tantos padres verán retratados a sus retoños en el deleite de una lectura “sin edad”, al decir de Enrique Pérez Díaz, creador de esta original colección literaria.
Por Grettel Herrera
Departamento de Comunicación Institucional
