Decía nuestro José Martí que honrar a la patria es una manera de pelear por ella, porque Patria es Humanidad. Así lo sentimos los jóvenes que acudimos a una cita con el combatiente del Moncada, de la Sierra y el visionario de ideas, cuya inmortalidad descansa en el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, junto a grandes hombres de Cuba.
Precisamente fue la tierra caliente, Santiago de Cuba, la que acogió a una representación de la Federación Estudiantil Universitaria de la Casa de Altos Estudios holguinera, en una jornada cargada de actividades, cuyo primer gesto de admiración y respeto comenzó con minutos de silencio al Apóstol, mientras tenía lugar el relevo de la guardia de honor, que lo custodia a cielo abierto desde que fuera instaurado el Mausoleo en 1868.
Una vez cerca del Comandante en Jefe, cada joven colocó flores frente al lugar donde fueron depositadas sus cenizas, con el compromiso de continuar fieles a la Revolución; momentos que no quisieron dejar solo en su memoria histórica, sino en las instantáneas digitales que captan con rapidez los sucesos.
Con la majestuosidad que fueron perpetuadas en mármol, las vidas de cientos de personas que amaron a Santiago, los estudiantes y profesores que visitaban por vez primera el lugar, conocieron algunos hechos que protagonizaron hombres y mujeres que hoy descansan allí.
Dentro de la agenda prevista, se llegó hasta el Parque Zoológico y el Santuario del Cobre, donde se venera a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba por miles de visitantes nacionales y extranjeros.
Asimismo, se disfrutó de la vista que proporcionan los muros del Castillo de San Pedro de la Roca, en cuyo espacio se exhiben fotografías vinculadas con los sucesos del Maine, los jefes militares españoles y norteamericanos, y los planos de las defensas costeras y baterías de El Morro.
Y así dejamos a un Santiago rebelde y de victorias, cuyas calles se embellecen cada día, no solo con las restauraciones materiales, sino con la educación y el amor que cada uno de sus habitantes le regalan al despertar, tierra de titanes: de Martí y Fidel.
