Se dice que no hay un cubano que no sepa de pelota; quizás por la pasión que desprende este pasatiempo nacional y los constantes comentarios que genera. Y como cada regla tiene su excepción – en este caso la beisbolera- desde la Universidad de Holguín se ha logrado patentar la creación de un equipo que favorece el entrenamiento de los lanzadores, teniendo en cuenta los inestables resultados en esta disciplina, gracias a la inventiva de un profesor a quien no le aficionan los nueve innings de este deporte y, sin embargo, disfruta de las estadísticas del mismo.
Para Arnoldo Martínez Acosta, profesor de la Facultad de Informática y Matemática, la investigación y la docencia son las columnas vertebrales de su vida laboral desde que se graduara como Ingeniero Eléctrico, en la Universidad de Las Villas, en el año 1988. Con una amplia experiencia en estos terrenos, un buen día comenzó a preguntarse cómo podría contribuir a perfeccionar el desempeño del picheo y allí inició la búsqueda y la innovación.
Primeramente, analizó que los equipos de pelota tienen tres quetchers y 15 pitchers, lo que dificulta un entrenamiento riguroso. Es por ello que ideó un dispositivo que no se agotara, que fuera similar a un quetcher y que pudiera utilizarse en cualquier momento, así como moverse en un plano igual a la mascota de un receptor.
En ese punto, una exitosa búsqueda en Internet le permitió corroborar que en el mundo no existe un equipo igual. Por tanto, el deseo de materializar la idea encontró, además, el apoyo de colegas experimentados en otras ciencias y amantes del deporte, para realizar un detenido estudio de cada particularidad que necesitaba el sistema para desarrollarlo.
“Una vez lograda la documentación necesaria con la descripción de su funcionalidad y la construcción de un prototipo, presenté esta idea a la Oficina Cubana de Propiedad Intelectual (OCPI) la cual, tras un largo y estricto proceso, otorgó la patente, demostrando la novedad mundial del dispositivo”, explicó Martínez Acosta.
Materializar el dispositivo requiere de un proceso que implica, ante todo, la motivación por trabajar en hacerlo posible. En la Universidad de Holguín se forman estudiantes en la Ingeniería Mecánica, por ejemplo, que son imprescindibles en este empeño. Por supuesto, el componente económico es fundamental, aunque ello no implica que sea complejo el fabricarlo, pues sería ideal hacer su estreno, precisamente, con el equipo de béisbol de la provincia y así conocer de cerca sus resultados, subrayó el profesor.
Desde el año 1998 se gestionan patentes desde la Universidad de Holguín y hasta el momento se han logrado cinco, siendo la del equipo de diagnóstico y entrenamiento de lanzadores de Béisbol, la única vigente en la institución.