Por resultar práctica común en Cuba, no siempre valoramos el significado que tiene que una representación de los diputados a la Asamblea Nacional y delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular por el Distrito 3, dejen sus habituales responsabilidades para visitar la Sede José de la Luz y Caballero, de la Universidad de Holguín.
Ninguno llegó a ofrecer soluciones vacías, ni a convencer a los presentes en la Sala de Conferencias para que voten por ellos. No es necesario obrar de esa manera. En Cuba, a diferencia de casi todo el planeta, los representantes del Gobierno son seleccionados del pueblo.
El encuentro fue escenario ideal para que autoridades del gobierno en el municipio ofrecieran amplia información sobre las acciones constructivas que se ejecutan en el territorio con motivo del aniversario 63 del Asalto al Cuartel Moncada.
Para beneficio de holguineros y holguineras actualmente hay más de 700 obras en ejecución y más de 1000 acciones constructivas, entre las que destacan una discoteca, la chocolatera, el Rincón de Romerías, el Club Bariay, las casas del Batido y del Bolero y las instalaciones de la Loma de la Cruz. En materia de transporte las noticias no son malas, la llegada a la provincia de 27 ómnibus Diana en 2015, completar 49 en este 2016 y una cifra superior para el 2017 prometen un respiro en la transportación de pasajeros.
Aunque en escenarios como este a veces el silencio llega como invitado indeseado, esta vez no fue así y se habló de los altos precios del transporte y de los alimentos, de la desatención en el trabajo comunitario, de la imperiosa necesidad de proteger a los consumidores, de las peripecias de los estudiantes de la FEU que no visten uniforme para que los transportistas privados respeten la bonificación del pasaje y hasta de los problemas que enfrentan la educación y los educadores.
Nadie intentó evadir temas, ni dilatar respuestas. Cada intervención se tomó su tiempo, algunos fueron más valientes que otros, pero todos dijeron con respeto lo que pensaban o sufrían a diario en nuestras calles. Es así como deberían ser todos los espacios de participación en una isla que necesita la implicación de todos en las soluciones.
Un verdadero ejercicio democrático, de esos que muchas veces son el mejor ejemplo para mostrar a las nuevas generaciones la manera en que funciona una Cuba que, como dijo el poeta, no es perfecta, más se acerca, a lo que simplemente soñé.
