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Nuestros estudiantes y profesores están muy motivados por la Historia

1La Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya ha sido y es escenario de evaluaciones externas, tanto a carreras como maestrías. Estos procesos y sus excelentes resultados validan la pertinencia de su formación pre y postgraduada, elementos que distinguen la certificación de la gestión de la calidad, en una institucional provincial que acoge en sus aulas a estudiantes y profesores altamente capacitados y comprometidos con su fututo.

Por Yudith Rojas Tamayo

yrojas@fh.uho.edu.cu

Departamento de Comunicación Institucional

La Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya ha sido y es escenario de evaluaciones externas, tanto a carreras como maestrías. Estos procesos y sus excelentes resultados validan la pertinencia de su formación pre y postgraduada, elementos que distinguen la certificación de la gestión de la calidad, en una institucional provincial que acoge en sus aulas a estudiantes y profesores altamente capacitados y comprometidos con su fututo.

A propósito de los logros alcanzados por la carrera de Historia, el MSc. Paul Sarmiento Blanco, quien en estos momentos funge como Decano de la Facultad de Humanidad, accedió a compartir algunos minutos de su tiempo para conversar con el Departamento de Comunicación Institucional sobre la certificación de su carrera.

¿Qué ha representado la acreditación para la carrera?

La acreditación de la carrera de Historia ha significado un momento de madurez científica, académica, profesional tanto de estudiantes y profesores. Y es que una carrera tan joven en la Universidad, fundada en el curso escolar 2005-2006 esperó sus primeras cinco graduaciones para someterse a este proceso de evaluación externa. En el momento de la evaluación se tenían un total de 67 trabajos de diploma, más de 30 egresados ubicados en lugares privilegiados de la provincia Granma, Holguín y Las Tunas, en instituciones culturales, museos, centros de enseñanza de la Educación Superior como la Universidad de Las Tunas, de Ciencias Médicas, aquí en la propia Universidad de Holguín. Por ende, la acreditación demostró ese grado de madurez y asequibilidad en las cinco variables que se evaluaron: el impacto social que expuso la pertinencia que tiene la carrera, sobre todo en el marco investigativo y de patrimonio; la variable del claustro profesoral que manifestó la validez científica y la consolidación académica de los 36 profesores evaluados que pertenecen al claustro de Historia, con más de 12 doctores y 20 masters. Desde el punto de vista de la investigación, la publicación de artículos y los premios logrados tanto por los educadores como por los alumnos demostraron que en los últimos cinco años se habían alcanzado alrededor de 300 premios y reconocimientos. En la parte de la infraestructura, la carrera tiene en esta sede universitaria Celia Sánchez Manduley las condiciones que responden a las necesidades de formación del profesional, con un laboratorio, un aula especializada y dentro de esta una mini biblioteca de los textos recogidos de la Alex Urquiola, de otras instituciones y donaciones particulares de los propios profesores que han permitido que los estudiantes se superen.

Ese momento de la acreditación con el apoyo de esos parámetros constituyó la certificación de la calidad del claustro, la pertinencia que ha tenido esta carrera, sobre todo en la formación de investigadores y profesionales y su modo de actuación.

¿Y cómo contribuye este logro al éxito, en todos sus ámbitos, a la Universidad de Holguín?

Esta es ya la novena carrera acreditada, de las 14 que existen en el curso regular diurno y de las cuales solo 12 reúnen las condiciones para atravesar este proceso externo. Este logro de Historia permitió llegar al 75 por ciento de carreras acreditadas y eso nos satisface sobremanera. Por tanto, la Universidad de Holguín que asumirá en mayo próximo la Evaluación Institucional, más la evaluación de la maestría de Ciencias Sociales y Axiología y la certificación de Historia tiene estos procesos que preparan y maduran a esta casa de altos estudios.

Este triunfo no solo tiene su impacto dentro del marco universitario, sino en la sociedad. En cuanto a la enseñanza de la Historia, ¿esta certificación supone algún reto?

En el plano científico pedagógico debemos partir de que la acreditación ha reconocido el valor del claustro aquí en el Departamento. A eso sumamos que nuestro claustro fue seleccionado a nivel nacional como el mejor Departamento de Historia de todos los centros de la Educación Superior, certificado que recibimos en mayo de 2014 y reconocimiento que ostentamos por dos años consecutivos. En cuanto al criterio que tiene la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC, en su XX Congreso celebrado en Camagüey, en abril del pasado año, fue reconocido como Mejor Departamento en Investigación Histórica. Para esas jornadas, la Universidad fue representada con cinco trabajos, cuatro de ellos del Departamento, uno del Centro de Estudio de Cultura e Identidad; pero este último se vincula a la enseñanza de la Historia, lo cual ha validado fortalecer el frente de la enseñanza en la provincia. Asimismo, hemos superado los parámetros del 2007-2011, en relación con la aplicación de Diagnósticos de Historia de Cuba y esperamos lograrlo también con vista a la Evaluación Institucional en mayo.

¿Y cómo es su relación con instituciones de otras provincias, especialmente en la colaboración científica postgraduada?

En la comisión evaluadora participaron profesores de la Universidad de Oriente, que gratificaron el estado de la enseñanza de la Historia. Y es que irradiamos nuestros resultados al tener diplomados y postgrados en diferentes municipios como Mayarí, Banes, en el sectorial municipal de Educación; incluso en el asesoramiento de los docentes del Ministerio de Educación (MINED), a los profesores de los preuniversitarios de la cuidad de Holguín. Esta modesta colaboración ha despertado mayor motivación, sobre todo en momentos tan difíciles de la permanencia de muchos docentes.

Teniendo en cuenta la complejidad de la enseñanza de la Historia y los temas que ha suscitado por la propia desmotivación de los alumnos, ¿cree que la etapa de apatía o resistencia se ha superado?

Eso es un término relativo. Hablar de apatía depende de los contextos. Si el profesor y la familia saben trabajar con el adolescente y el joven se logra niveles de motivación hacia la Historia. Nosotros tenemos una máxima en el Departamento: tratar de que la enseñanza de la Historia sea movida, sea novedosa, priorizar el debate de temas polémicos con los estudiantes. Estos elementos fueron constatados por el equipo de evaluadores a través de los exámenes integradores que se aplicaron en todos los años de la carrera y obtuvimos cerca de un 97 por ciento de promoción y la calidad alrededor de 90 por ciento, a pesar de ser difíciles, en las que se combinaron asignaturas como Historiografía, Historia Contemporánea, Teoría de la Historia, Historia de Cuba, Metodología de la Investigación Histórica. En este aparte quiero felicitar y resaltar el trabajo de los estudiantes que fue esencial y significativo. Así que la motivación de los alumnos y los profesores depende de la guía y la cooperación mutua en las aulas, que en nuestro caso tiene altos índices de rendimiento. Por eso, la apatía hacia la Historia y otras Ciencias Sociales es un problema relativo y depende de los contextos.

¿Qué nuevas metas se ha trazado el Departamento para el nuevo período de trabajo que se avecina?

Tenemos un reto, primero con vistas a la Evaluación Institucional y luego con el proceso de re acreditación de la carrera. Para ello hemos trazado una estrategia de trabajo que comprende cinco años para preparar tanto a los estudiantes y profesores para sumir nuevamente la evaluación externa en el 2019. De igual manera, superar las muy pocas debilidades que nos encontró el equipo evaluador. La primera que tiene que ver con la Internet, aun existiendo el criterio de que es un problema a nivel nacional, por tanto no es institucional y mucho menos de la carrera, pero sí supone un proyecto de optimizar su uso, a través de aulas virtuales y otros proyectos, que incluyen los materiales que los profesores descargan de la red con líneas de todas las tendencias o corrientes de pensamiento, que son muy saludables para el intercambio en las aulas. Es un reto además, aumentar el número de las publicaciones y fomentamos el convenio con algunas editoriales, porque además el acceso a los grupos 1 y 2 de revistas indexadas en Canadá, Estados Unidos es dificultoso. Optamos por potenciar las investigaciones de corte pedagógico, que recogen métodos de enseñanza, la interpretación en Inglés de algunas fuentes históricas. Igualmente, la permanencia de los estudiantes en las carreras es una situación nacional, es una tendencia a optar por las Ciencias Médicas por el favorecimiento material que el contexto le brinda. Por eso hemos trazado una estrategia educativa que eleve la motivación por la carrera de Historia y que aporte a la sociedad los profesionales que el país necesita.

MSc. Yudith Rojas Tamayo
Lic. en Periodismo. Máster en Historia y Cultura en Cuba. Profesora e investigadora de la Universidad de Holguín y Periodista de la emisora Radio Angulo. Especialista de la Dirección de Comunicación Institucional.
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