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Hector Manuel Pupo Síntras (1955 – 2014)

Nunca pensé que tuviera que escribir estas líneas. Es ese texto honorable, pero no deseado por las razones que lo dictan.

Elevándose desde sus humildes orígenes se afianzó en el dominio de las cumbres del pensamiento filosófico cubano y universal. Incursionó inicialmente y con placer en el estudio y la práctica de las artes plásticas, lo cual dejó su huella en la sensibilidad con que asumía los conflictos del pensamiento y la vida. Desde sus años de estudiante universitario acompañó sus avances con un destacado trabajo profesoral en condición de Alumno Ayudante e Instructor no graduado, como adelantado discípulo de importantes filósofos cubanos como el Dr.C. Rigoberto Pupo, la Dr.C. Martha Martínez Llantada y la Dr.C. Zaira Rodríguez. Egresado de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona en el año 1980, inicia su vida laboral ese propio año como profesor universitario en el Departamento de Filosofía Marxista de la Universidad de Holguín, institución que le sirvió de tribuna para articular su quehacer por los dominios de la lógica dialéctica a lo largo de sus 34 años de vida laboral, todos en esta casa de altos estudios, de la que un día dijera a sus hijas, “es mi vida”.

En el año 1992 y bajo la tutoría del holguinero ilustre y entrañable amigo suyo, Dr. C. Rigoberto Pupo, fue pionero de las defensas doctorales en ciencias filosóficas en Cuba, recibiendo el título de Doctor en Ciencias Filosóficas por la Universidad de la Habana.  Su tesis doctoral enriqueció el conocimiento sobre los aportes de Jose de la Luz y Caballero a la formación del pensamiento revolucionario cubano en el transcurso del contradictorio y fructífero siglo XIX cubano.

Profesor Titular de la Universidad de Holguín se destacó por sus profundos conocimientos de la dialéctica y su fidelidad inquebrantable al Marxismo y a la Revolución cubana. Al conocer su pérdida, sobre él señaló su amigo, el profesor y prolífero filósofo cubano Doctor en Ciencias Pablo Guadarrama “aunque los que no tenemos mucha seguridad en la vida eterna, coincidimos con José Martí que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida y truécase en polvo el cráneo en que germinaron ideas valiosas pero esta permanecen eternamente y fructifican. Aunque la razón me lleva a esa conclusión el corazón me traiciona y aun no puedo admitirlo”.

Por su parte el Doctor Jorge Núñez Jover pidió hacer públicos sus sentimientos expresando: “A estas alturas de la vida, la relación de absurdos incomprensibles, desdichados e indeseables que llevo anotados en mi agenda es más larga de lo que habría deseado. Por ejemplo, un 11 de setiembre de 1985 murió Zaira en una emboscada del destino semejante a la que ahora cercenó la vida de Pupo, amigo y compañero de tantos años con quien tuve el placer de conversar en ocasión de mi visita a Holguín. Fue muy agradable saludarnos después de mucho tiempo sin vernos. Pupo es de los que, con un trabajo perseverante y prolongado, abrió una brecha para la filosofía en la cultura cubana. Siento mucho lo ocurrido. Me duelen mucho los absurdos que nos arrebatan amigos y cercenan vidas valiosas”.

El amigo y destacado profesor de Economía Dr.C. Miguel Torres nos dijo: “Con profunda tristeza hemos recibido la noticia del trágico fallecimiento del Dr Héctor Pupo Síntras, entrañable compañero y amigo.
Parece incierto lo sucedido, ¿cómo es posible que un hombre que ha sabido sortear las mayores dificultades de la vida, haya muerto de la forma en que ha sucedido? Cosas de la vida que reafirman una vez más los enmarañados caminos de la dialéctica y de sus categorías, de las cuales él era un experto.
Los colaboradores cubanos de la Misión del MES en Guinea Ecuatorial, queremos hacer llegar a sus familiares y principalmente a Berthica, Nairobis y Nancy nuestras condolencias en este momento de dolor. Que sepan que estamos junto a ellas, aunque la distancia nos separe y que siempre tendremos el grato recuerdo de un amantísimo esposo, padre de familia y compañero leal, que supo dejar a las futuras generaciones un legado imperecedero”.

El padre de los estudios axiológicos en Cuba, también su amigo Dr.C. Jose Ramón Fabelo Corzo, escribió al conocer la noticia: “no sabes la tristeza que me ha dado la noticia. Hace 15 o 20 días Pupo me escribió y me mandó su último trabajo sobre axiología. Le comenté que estaba muy cargado en esos días, pero que más adelante se lo comentaría. No dio tiempo, hermano. Pero habrá que buscar dónde publicarlo. También me comentaba que Berthica estaba en Angola y qué “estaba sólo con las niñas y casado con la filosofía”.  Es muy triste,”.

Sus últimos meses fueron de un arduo trabajo dedicado a la difícil lucha por la defensa de los valores trascendentes de la vida en unas condiciones sociales en que parece prevalecer la lógica de las determinaciones economicistas. Encontró la trinchera en una labor casi de ebanista, para la puesta a punto de la Maestría en Ciencias Sociales y Axiología con vistas a su acreditación. Amaba esa labor y la hizo parte de su dedicación mayor. En ese terreno y desde un profundo dominio de la dialéctica materialista, comprometida con la defensa de la revolución cubana y universal, fue sin dudas un maestro. En los últimos días preparaba el libro que denominó “Escalada filosófica del investigador”, el que dejó inconcluso, pero al cual encontraremos manera de culminar y publicar.

Pero su desvelo era trasmitir ese esfuerzo a sus alumnos, unirlos a él en el compromiso de defender esas ideas. Los marcó siempre con su diálogo de maestro, de padre, de amigo. Sus alumnos de ayer, de hoy, son alumnos de siempre. Logró trascender en ellos. Ese era su sueño, por el cual trabajaba día a día en intensas jornadas del pensamiento que solía iniciar antes del amanecer.

Pupo es un padre ilustre y un esposo que se hizo acompañar por Berthica desde que ambos daban los primeros pasos de futuros profesionales por las calles del Pedagógico Varona. Casi 40 años de relaciones que formaba una pareja emblemática en la que para todos, uno no se concebía sin el otro. Y así seguirá siendo sin dudas. Tomo las palabras del hermano Miguelito Torres desde la distante Guinea Ecuatorial:

“Pupo no descansará en paz, como suele decirse, estará de vigilia constante luchando por los que fueron siempre sus ideales de revolucionario cabal, de padre ejemplar, de filosofo de altura, pendiente de aquellas cosas que dejó por hacer y que otros habrán de continuar. Su cuerpo no estará entre nosotros, pero sus ideas y principios nos acompañarán siempre”.

La esposa del amigo e ilustre filósofo cubano Fabelo, nos hizo llegar este poema que me ha pedido de lectura en este homenaje.

El adiós se lo niego.

                                 (A la memoria de Pupo)

 

Hoy la voz estalla y el dolor desgarra,

y recuerdo cuando lo conocí.

En pocos días mostró su alma,

bastó  solo su palabra y su mirada,

su seriedad ingenua y su sonrisa callada.

Era como su ciudad,

sencilla, amplia, profunda y sabia.

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